Mis publicaciones: Khalkhingol/Nomonhan 1939. La primera victoria de Zhukov

Photobucket

Photobucket

Photobucket

Este artículo fue publicado por la revista SERGA nº 62 de noviembre-diciembre de 2009.

6.3. La integración de las Canarias y la aproximación a Portugal.




Las Islas Canarias:

Las Canarias fueron objeto de disputa entre Castilla y Portugal durante largo tiempo. Conocidas desde la Edad Antigua y pobladas por gentes provenientes del Norte de África (bereberes) no comenzaron a ser visitadas de forma regular por marinos castellanos hasta inicios del siglo XIV. Se podría hablar de un redescubrimiento de las mismas.

A inicios del siglo XV, en 1402, un noble de origen francés, el normando Jean de Bethencourt, firmó unas capitulaciones con el rey de Castilla Enrique III, en las cuales a cambio de reconocerse como vasallo y sufragar la expedición sería reconocido como señor de las tierras conquistadas. Al frente un grupo reducido de tropas sometió las islas de Lanzarote y Fuerteventura, las más orientales y desérticas del archipiélago. Lógicamente los beneficios que se obtuvieron no fueron muchos. Además, los conquistadores esclavizaron a la población autóctona, los guanches, para que trabajasen en sus tierras, pese a la oposición de la Corona.

En 1477, ya en tiempos de los Reyes Católicos, comenzó una nueva etapa en la conquista de las islas. Por otra parte, el tratado de Alcaçovas firmado con la Corona lusa en 1479 (Alfonso V de Portugal) reconocía a las isalas Canarias como un territorio que correspondía a Castilla, a cambio los castellanos renunciaban a las Azores y Madeira, así como a navegar más al sur del cabo Bojador, reservándose de esta forma Portugal la ruta de Guinea. Entre 1483 y 1496 Castilla culminó la conquista de las islas, influido además su desarrollo por la guerra de Granada, la cual no permitía distraer ningún tipo de recurso del objetivo principal. La última de las islas en ser sometida fue Tenerife (1496).

El proceso de conquista fue muy similar al que posteriormente se desarrollaría en América, mediante capitulaciones. Y tuvo unas consecuencias demográficas similares. SI bien antes de la conquista la población estimada de las islas era de unas 100.000 personas, las enfermedades, fundamentalmente, y las duras condiciones de trabajo hicieron que en 1500 la población total fuese de unas 25.000, de ellas tan solo 7.000 indígenas. La escasez de población provocaba que los salarios fuesen altos, y que comenzaran a traerse esclavos de la costa africana. La caña de azúcar se convirtió en la principal fuente de riqueza, aunque también tras el descubrimiento Canarias se convirtiese en paso obligado en la ruta hacia las Indias. La administración la ejercía un capitán general con dos adelantados, uno en Gran Canaria y otro en Tenerife.

La aproximación a Portugal:

Las primeras relaciones entre ambos Estados fueron bastante negativas. La guerra civil que estalló en Castilla en 1476 tras la muerte de Enrique IV el Impotente enfrentó por un lado a los Reyes Católicos con su sobrina Juana la Beltraneja, apoyada esta por el rey de Portugal Alfonso V, el cual también era su tío. Terminada la contienda con el triunfo del bando isabelino se firma un acuerdo de paz con la Corona lusa en Alcaçovas (1479) en ella además de las cláusulas territoriales, especialmente vinculadas al reparto de las zonas de influencia en el Atlántico, se pactó la reclusión de Juana en un convento, evitando así la aparición de una nueva línea sucesoria, y el matrimonio del heredero del rey portugúes, Manuel I el Afortunado, con la hija mayor de los Reyes, Isabel.

De este enlace nacería al infante Miguel en 1498, que durante su escaso año de vida sería el heredero universal de las tres coronas, Portugal, Castilla y Aragón, ya que el hijo primogénito de los Reyes, el infante Juan había muerto en 1497 sin tener descendencia de Margarita de Habsburgo. Para ratificar la buena disposición hacia Portugal, verdadero deseo de Fernando que de esa manera tendría manos libres en los asuntos italianos, se concertó un segundo matrimonio. En este caso sería María la que se casaría también con Manuel I. De este segundo enlace nacería Isabel de Portugal, la cual unos años después se casaría con su primo hermano el emperador Carlos V. De este matrimonio a su vez nacería Felipe II, el cual, tras la muerte de Sebastián I y Enrique I, ambos reyes de Portugal y ambos muertos sin descendencia, podría argumentar sus derechos dinásticos para incorporar Portugal a sus dominios en 1580-1581.

Por su parte el descubrimiento de América supuso un nuevo punto de fricción con la Corona lusa. Rápidamente los Reyes Católicos solicitaron del papa que confirmara su soberanía sobre las tierras descubiertas. La bula Inter Caetera, de mayo de 1493, entregaba a Castilla el derecho a tales tierras y a las que se descubriesen, a partir de un meridiano a 100 leguas al oeste de las Azores. Sin embargo, la protesta portuguesa hizo que en 1494 se firmase el acuerdo de Tordesillas modificando la línea a 300 leguas, lo cual incluía Brasil. Mientras tanto el 8 de julio de 1497 partió de Lisboa Vasco de Gama con el objetivo de llegar a la India circunnavegando África, cosa que consiguió el 17 de abril de 1498 al avistar Calicut, regresando a Lisboa en 1499. Quedaban por lo tanto ambas coronas en paz y con un reparto del mundo que a ambos convenía.

El rastro de los moriscos

Hay aquí un silencio de cuatro siglos, el tiempo que ha transcurrido desde que nadie vive en L'Atzuvieta, uno de los cuatro poblados moriscos que existieron en La Vall d'Alcalà. Y sin embargo cada muro que ha resistido erguido los temporales, cada casa adivinada en restos de paredes, patios y dinteles, cada calle todavía trazada entre matorrales atestiguan que éste fue el último hogar de la desdichada civilización morisca, heredera de los antiguos musulmanes derrotados tras la conquista cristiana, y expulsada hace 400 años por un decreto del rey Felipe III.

Leer más...

7.1. El descubrimiento de América.



Causas del descubrimiento

En primer lugar hay que destacar una serie de factores técnicos como la mejora de la cartografía, los instrumentos de navegación como la brújula y el astrolabio y la mejora en la construcción naval con la aparición de la nao y la carabela.

Entre las causas económicas hay que señalar la necesidad de buscar una nueva ruta hacia las Indias (ruta de las Seda), debido a que con la conquista de Constantinopla en 1453 los turcos acaparaban la llegada de productos orientales de lujo como la seda o las especias.

Por último están los factores políticos e ideológicos. El fin de la Reconquista produjo un ambiente de euforia sobre todo en Castilla que rivalizaba con Portugal como nueva potencia atlántica. Además, la cultura humanística impulsaba la curiosidad científica y los reyes favorecían las exploraciones cartográficas.

El descubrimiento

La figura fundamental será Cristóbal Colón, marinero de discutido origen genovés, llegado a Portugal en 1476. Presentó su proyecto de llegar a Catay (China) entre 1483 y 1485 al rey Juan II de Portugal que lo desestimó. Lo cierto es que parece que debía haber algún tipo de pre-descubrimiento o noticia de las tierras del oeste, bien por los relatos de la antigua presencia vikinga en América (Terranova y Groenlandia), bien por alguna expedición o descubrimiento accidental portugués o bien como apunta Gavin Menzies por una gran expedición china que tuvo lugar en 1421.


Colón se trasladó a Castilla llegando a Palos de La Frontera en 1485 y entrando en contacto con los monjes franciscanos del monasterio de La Rábida, que le acercaron a la Corona. Su proyecto estudiado por una Junta fue desestimado por dos veces. Mientras tanto el portugués Bartolomé Dias doblaba por fin el Cabo de Buena Esperanza en 1488.

Gracias al apoyo entre otros del duque de Medina Sidonia consiguió una nueva entrevista con los reyes y firmar las capitulaciones de Santa Fe el 17 de abril de 1492. En ellas Colón recibía entre otras prerrogativas: el título de Almirante en todas las islas y tierras «que por su mano e yndustria se descubrieran o ganaran», el título de Virrey y Gobernador General de todas las tierras que descubriese, con la facultad de proponer ternas de candidatos a la elección real para cubrir todos los cargos de gobierno que debieran nombrarse en dichas tierras o la décima parte de todas las riquezas que se descubriesen y la misma proporción de los beneficios del comercio en los límites del Almirantazgo.

Entre los documentos expedidos por los Reyes Católicos el 30 de abril de 1492 sobresale una provisión dirigida a los vecinos de Palos de la Frontera, que les ordenaba servir con dos carabelas durante doce meses, en virtud de unas penas impuestas con autoridad. El costo de la expedición fue estimado en 2.000.000 de maravedíes, más el sueldo de Colón. En contra de la idea popular de que fue sufragado por «las joyas de Isabel la Católica», la mitad de dicho dinero lo prestó Luís de Santángel con fondos de la Santa Hermandad, la cuarta parte la aportó el mismo Colón -que los pidió prestados-, y la cantidad restante probablemente la derramaron banqueros y mercaderes italianos residentes en Andalucía.

Fue Martín Alonso Pinzón quien contrató los barcos. La expedición partió con tres barcos, dos carabelas y una nao: una flota de configuración similar a la utilizada por Bartolomé Dias en 1487-1488. La nao era La Santa María, propiedad de Juan de la Cosa, natural de Santoña, pero vecino del Puerto de Santa María. La carabela de menor tonelaje era La Niña, propiedad de Juan Niño, vecino de Moguer, y la pagaron los vecinos de Palos. La Pinta era de Cristóbal Quintero, vecino de Palos, y probablemente fue requisada, pues su dueño iba en el viaje «de mala voluntad». La tripulación apenas excedía los 100 hombres.

La expedición partió de Palos el 3 de agosto de 1492 y el jueves 6 de septiembre, los expedicionarios partieron desde La Gomera hacia lo desconocido. La noche del 11 al 12 de octubre a las dos de la madrugada, Rodrigo de Triana, dio la voz de «tierra»: una isla del archipiélago de las Bahamas, que bautizó con el nombre de San Salvador (Guanahaní, actual isla Watling) la travesía habría durado 34 días. Tras esta primera toma de contacto con las tierras del Nuevo Mundo, la expedición se dedicó a explorar la zona. Y a partir del día 14 descubrió cuatro nuevas islas que Colón bautizó con nombres religiosos y políticos: Santa María de la Concepción (actualmente Cayo Rum), la Fernandina (Long), Isabela (Crooked) y Juana (Cuba)

Primero Martín Alonso Pinzón, y poco después el propio Colón arribaron a Haití, a la que éste bautizó como La Española. Sin embargo, los planes de Colón se vieron profundamente alterados el día de Navidad, por un lamentable accidente La Santa María encalló y fue imposible recuperarla, como en La Niña no había espacio para los tripulantes Colón hubo de tomar una importante decisión: fundó la primera colonia en tierras del Nuevo Mundo, el Fuerte de Navidad, donde quedaron 39 hombres al mando de Diego de Arana. El 16 de enero la expedición emprendió la travesía de vuelta.
Colón acabó llegando el 4 de marzo a Lisboa, ciudad en la que finalmente se vio obligado a entrar. Allí se entrevistó con Juan II quien, con amenazas y promesas, trató de beneficiarse del descubrimiento. El 15 de marzo entró en Palos e informó a los Reyes Católicos en Barcelona, a finales de abril.



Los viajes menores y los acuerdos con Portugal

Rápidamente los Reyes Católicos solicitaron del papa que confirmara su soberanía sobre las tierras descubiertas. La bula Inter Caetera, de mayo de 1493, entregaba a Castilla el derecho a tales tierras y a las que se descubriesen, a partir de un meridiano a 100 leguas al oeste de las Azores. Sin embargo, la protesta portuguesa hizo que en 1494 se firmase el acuerdo de Tordesillas modificando la línea a 300 leguas, lo cual incluía Brasil.

En el segundo viaje acabaron embarcando más de 1.200 hombres en un total de 17 buques, de los cuales 14 eran carabelas y 3 naos dejando las Canarias el 13 de octubre de 1493. Tras llegar a la isla Deseada, la expedición recorrió casi todo el arco de las Antillas Menores hasta Puerto Rico y el 22 de noviembre llegó a La Española. Para comprobar que el Fuerte de Navidad había sido arrasado y que toda su guarnición había perecido. El 6 de enero de 1494, fundó el primer asentamiento en el Nuevo Mundo, bautizado como La Isabela, al norte de la actual República Dominicana.

Mientras tanto el 8 de julio de 1497 partió de Lisboa Vasco de Gama con el objetivo de llegar a la India circunnavegando África, cosa que consiguió el 17 de abril de 1498 al avistar Calicut, regresando a Lisboa en 1499. Ese mismo año una flota portuguesa reconocía las costas de Brasil y en 1500 el italiano Américo Vespucci reconocía la costa sur. Su nombre fue puesto por un cartógrafo lorenés, Martin Waldseemüller, en 1507 para designar un nuevo continente.

Se produjo un tercer viaje iniciando la singladura el 30 de mayo de 1498 desde Sanlúcar de Barrameda. Pero la situación de los colonos se había complicado tanto que los monarcas decidieron nombrar como juez a Francisco de Bovadilla, comendador de Calatrava, quien todavía tardó algún tiempo en iniciar un viaje que le llevó a Santo Domingo el 24 de agosto de 1500.

A su llegada, Bovadilla destituyó a Colón y a sus hermanos de sus cargos. Confiscó todos los bienes del descubridor y le sometió a proceso sin darle posibilidad de defenderse, acusándole de tiranía y malos tratos contra los colonos. Finalmente fueron embarcados hacia Castilla, cargados de grilletes. Los Reyes Católicos desautorizaron semejantes medidas y la dureza utilizada contra Colón. Decidieron destituir a Bovadilla, pero aprovecharon la coyuntura para retirarle a Colón la mayor parte de sus prerrogativas.

Colón empezó a preparar la expedición para su cuarto y último viaje en octubre de 1501. Contó con cuatro carabelas y unos 140 tripulantes, que salieron de Sevilla el 13 de abril de 1502 y tocaron tierra al otro lado del Atlántico el 15 de junio siguiente. El viaje fue el más azaroso de todos y a su regreso no volvería a cruzar el Atlántico. El Almirante vivió sus últimos días en una situación precaria, hasta que murió en Valladolid el 20 de mayo de 1506 en Valladolid.



América bajo el control de la Corona

Desde 1502 el estado comenzó a nombrar gobernadores y pasó a controlar directamente el nuevo territorio. Desde Santo Domingo partirán casi todas las expediciones hacia Tierra Firme en los años siguientes.

En 1503 se estableció en Sevilla la Casa de Contratación, organismo múltiple encargado de todo lo referente a América. Era aduana, almacén para preparar las naves, casa de control de emigrantes, escuela de pilotos, centro de cartografía, depósito de mercancías e institución encargada de recaudar el quinto real, el 20% de los beneficios de comercio americano, que iban a parar a las arcas reales. Todas las expediciones hacia América debían partir obligatoriamente de Sevilla, elegida por su tradición comercial y por ser puerto seguro, dad su situación interior.

Los colonos, en su mayoría andaluces, extremeños y vascos, comenzaron a ser seleccionados por la Casa de Contratación. Recibían tierras, y se les entregaba un grupo de indios, encomienda, teóricamente para ser evangelizados a trabajos e instruidos, pero que en la práctica fueron obligados a trabajos forzosos. El trabajo, la brutal modificación de sus formas de vida, pero sobre todo las enfermedades traídas por los europeos produjeron una auténtica hecatombe. Sólo a partir de 1511 gracias a las denuncias de los monjes dominicos, como fray Bartolomé de las Casas, se mejoró su situación. En 1512 las Leyes de Burgos proclamaban la libertad de los indios, pero los abusos y las denuncias siguieron sucediéndose.

El mapa de América quedó completado entre 1508 y 1516; Alonso de Ojeda reconoció la costa venezolana y Diego Ponce de León exploró La Florida. En 1515 Vasco Núñez de Balboa partiendo de Darién atravesó el istmo de Panamá descubriendo el océano Pacífico.


6.5. La proyección exterior. Política italiana y norteafricana.


-->
Desde el comienzo de su reinado en 1479 los Reyes Católicos llevaron a cabo una intensa y agresiva política exterior. A la conquista de Granada en 1492 sucedía ese mismo año el descubrimiento de América, en 1496 se terminaba la conquista de las islas Canarias iniciada en 1477.



El siguiente objetivo sería Italia donde Fernando tendría como principales antagonistas a los reyes de Francia Carlos VIII y Luís XII.



Durante las guerras de remença Juan II tuvo que enajenar los condados del Rosellón y la Cerdaña a cambio de la ayuda del rey de Francia. En 1493 mediante el Tratado de Barcelona Carlos VIII restituía los condados a cambio de la neutralidad aragonesa en Italia, a no establecer alianzas matrimoniales con Inglaterra ni Borgoña sin el consentimiento del rey francés, y a no prestar ayuda a los enemigos de Carlos VIII. Comenzaba así la primera guerra italiana entre 1494 y 1498. Durante varios meses los ejércitos franceses pasarían a través de Italia sin oposición, sin embargo la toma de Roma en diciembre y la marcha sobre Nápoles al año siguiente legitimaron a Fernando a no cumplir con su neutralidad.

Reinaba en Nápoles Alfonso II, primo de Fernando, que abdicó en su hijo Ferrante. Perdida la capital el rey se refugió en Sicilia, donde pidió ayuda a su tío, a cambio de correr con todos los gastos de la contienda y de ceder cinco plazas en el sur de Calabria el rey prestaría su ayuda.

Fernando inició negociaciones secretas para formar una coalición anti-francesa. En abril de 1495 se creó la Liga Santa o Liga de Venecia.

Los Reyes Católicos decidieron enviar un ejército expedicionario a Nápoles, y eligieron como comandante del mismo a Gonzalo Fernández de Córdoba “El Gran Capitán”, un capitán que había destacado en la Guerra de Granada. Él mismo reclutó hombres en Cartagena, la mayoría con experiencia en las recientes guerras contra Portugal y Granada. El 24 de mayo de 1495 Gonzalo Fernández de Córdoba llegó a Mesina y dos días después cruzó el Estrecho, desembarcando en Calabria con 2.000 infantes y 300 jinetes ligeros. Estableció su cuartel general en la fortaleza de Reggio, que gozaba de la protección de la potente flota aragonesa.

De las primeras derrotas el capitán español extrajo las enseñanzas necesarias para afrontar lo mejor posible el resto de la campaña. Desestimó definitivamente un enfrentamiento abierto con los franceses e hizo modificaciones en la composición y tácticas de combate de sus tropas. Sustituyó a los ballesteros por arcabuceros; redujo el número de jinetes ligeros para dar mayor relevancia a la infantería, a la que dotó de una nueva organización mediante coronelías; y configuró unidades de caballería pesada que, aunque con pocos componentes, tuvieran mayor eficacia táctica. A esto se sumaba el empleo intensivo de la artillería para la toma de fortalezas.

El joven Ferrante murió sin herederos el 7 de septiembre de 1496. El nuevo monarca Fadrique, francófilo y emparentado con Carlos VIII, quiso cambiar la política del reino. El 7 de abril de 1498 murió Carlos VIII. Le sucedió Luis XII quien comenzó conversaciones de paz con Fernando el Católico, que culminaron con la firma del Tratado de Marcoussis en 1498.

En 1500, Luís XII alcanzó un acuerdo con Fernando para dividir Nápoles, y marchó al sur de Milán. Los desacuerdos sobre los términos de la partición condujeron de nuevo a la guerra. En 1503, Luís fue derrotado en las batallas de Ceriñola y el Garellano por el Gran Capitán y fue obligado a abandonar Nápoles, quedando el reino bajo control español en 1505.

El papa Julio II formó una Liga Santa contra los franceses, que logró expulsar a estos de Italia. En 1512 Venecia forjó una alianza con los franceses y alcanzó la victoria en la Batalla de Marignano (1515). En ese marco bélico Fernando ocupó Navarra en 1512 con tropas castellanas al mando del duque de Alba.



En el norte de África, los castellanos llevaron a cabo una serie de expediciones militares debido a razones económicas, ideológicas y estratégicas. La conquista de Granada generó un deseo de continuar la Reconquista, pero esta se limitó a ocupar ciudades costeras que buscaba neutralizar a los piratas berberiscos apoyados por la gran potencia del Mediterráneo oriental, el Imperio Turco. La conquista de Melilla en 1497 fue obra de una iniciativa privada al cargo del duque de Medina Sidonia, el cardenal Cisneros propiciaba las expediciones sobre Mazalquivir, que era ocupada en 1505, y de Orán en 1509. En 1510 se ocupaba Bujía, Trípoli y se conseguía la sumisión de Argel hasta 1529.



Un arma de la política exterior de los reyes Católicos fueron las alianzas matrimoniales. Los reyes negociaron una serie de matrimonios dinásticos para sus hijos con las principales casas europeas. Se pretendía principalmente el aislamiento de la monarquía francesa. Las relaciones con Portugal quedaron selladas en Alcaçovas en 1479, al fijar el matrimonio de Isabel, la primogénita, con Alfonso de Portugal. Al morir este la viuda se casó con Manuel I el Afortunado, de este matrimonio nació el infante Miguel, que moriría en 1499. A la muerte de Isabel Manuel se casaba con María, otra de las hijas de los reyes. En 1496 se concertaba un doble matrimonio con la monarquía austro-borgoñona. El príncipe heredero Juan (+1497) se casaba con Margarita de Austria, mientras que Juana contraía matrimonio con Felipe el Hermoso. Finalmente en 1501 Catalina se casó con el rey Arturo de Inglaterra y dos años después a la muerte de este con su hermano Enrique VIII. El hecho de que al final de todos estos matrimonios existiese un único heredero que sería el emperador Carlos V hay que contemplarlo desde una circunstancia de mera casualidad, nunca fue este el objetivo de los reyes, de hecho el mismo Fernando se casaría en 1505 con Germana de Foix, sobrina de Luís XII, con quien tuvo un hijo en 1509, Juan, quien de haber sobrevivido hubiese posiblemente heredado los Estados de su padre.






El espíritu romántico

Caspar David Friedrich (1774-1840) es uno de esos escasos hombres movimiento. Son artistas que representan, ellos solitos, una escuela pictórica y que, por tanto, siempre que se cita el estilo aparecen como ejemplo.

El nombre de Friedrich va unido al Romanticismo y, más concretamente, al género del paisaje sublime. Según el gran filósofo de la Ilustración Immanuel Kant, el sentimiento sublime es enemigo de la belleza clásica y surge cuando la razón no encuentra sosiego ante una manifestación de la naturaleza o del arte para la que no halla un concepto adecuado.

Por ejemplo, las montañas nevadas y los acantilados, tan caros a Friedrich, dan una idea enfermiza de la grandeza, pues animan la imaginación a inventar posibilidades grotescas u horribles que no pueden considerarse ni bellas ni clásicas.

Estos motivos románticos se leen como metáforas del estado mental del contemplador, que suele aparecer como un sujeto pequeñito, borroso y anonadado ante la magnificencia de la naturaleza, como el negro 'Monje a la orilla' del mar de Friedrich que ocupa el centro de un paisaje formado por franjas de colores oscuros degradados, a la manera del expresionista Rothko. El artista logra comunicar ideas y sentimientos con la única ayuda de los elementos del lenguaje plástico, es decir, sin el concurso de la retórica clásica que ayudaba a interpretar el sentido de las escenas.

Leer más...

Metro de Madrid cumple 90 años

A la caza del 'leonardo' perdido

"He dormido muchas noches en ese salón", cuenta el ingeniero Maurizio Seracini, pelo blanco y ojos azules. Seracini (Florencia, 1946) ha pasado los últimos 30 años de su vida pensando en esa enorme habitación, persiguiendo a un fantasma de 500 años de edad: La batalla de Anghiari, una obra pintada (y nunca acabada) por Leonardo da Vinci durante el año de 1505. "Fueron muchas noches de invierno y de frío, porque para medir la temperatura de las paredes no puede haber luz ni fuentes de calor cercanas", recuerda Seracini. "Pero gracias a eso hoy conocemos cómo era la estructura antigua del salón. Y pensamos que la pintura está ahí detrás, escondida en el muro que está frente a la puerta de entrada. Porque nadie ha dado un indicio de que fuera destruida".

Leer más...

6.4. La organización del Estado: Instituciones de gobierno.


-->


Los historiadores consideran que el Estado europeo moderno empezó a perfilarse en el siglo XV, para designarlo se ha acuñado la expresión monarquía autoritaria.

Cuando comenzaron a reinar en Castilla, Fernando e Isabel se encontraron con dos realidades contrapuestas. En primer lugar existía una situación de múltiples enfrentamientos entre distintas facciones. Esta era una consecuencia de la falta de autoridad de los dos últimos reyes: Juan II y Enrique IV, además de la guerra civil de 1475 a 1479. Por otra parte existía una corriente política desde el siglo XIII que tendía a reforzar la autoridad del rey y que ya en 1348 había otorgado a la Corona el derecho a legislar.

Fernando e Isabel, dotados de un gran sentido de la autoridad supieron jugar con las dos realidades. En Castilla se asistía a un evidente cansancio ante las situaciones de anarquía y de guerra de todos contra todos. Los reyes supieron presentarse como una garantía para el mantenimiento del orden y el triunfo de la justicia. Por ese motivo no les fue difícil a Fernando e Isabel imponer su autoridad en la Corona de Castilla.

Dado el desinterés de Isabel por la Corona de Aragón el protagonista político en estos territorios fue Fernando. También aquí el monarca se encontró con dos realidades. Por un lado quedaba la guerra civil que había enfrentado a Juan II con miembros de la nobleza y de la oligarquía urbana. Fernando terminaría con ello mediante la Sentencia Arbitral de Guadalupe de 1486, reforzando así el papel de la corona. Por otro lado la tradición pactista imperante en la Corona de Aragón ponía serias trabas al poder real. El rey dio pasos destinados a controlar lo mejor posible los nombramientos de los miembros de los Consejos municipales y de las Generalidades reservándose el derecho de proponer a los candidatos.

El poder de la nobleza suponía un problema a la autoridad de los reyes. Estos habían aceptado que no podían enfrentarse a los grandes nobles castellanos, pero también que tenían que evitar que las grandes familias de la nobleza volvieran a decidir sobre las opciones políticas de la Corona de Castilla.

Los reyes no sólo no desposeyeron a los nobles de sus patrimonios sino que les permitieron consolidarlos creando los mayorazgos (Cortes de Toro de 1506) Pero la nobleza tuvo que aceptar la indiscutible soberanía de los reyes y otorgarle el poder decisorio en todas las cuestiones políticas. Por ejemplo en 1476 la reina Isabel ordenaba desmochar las torres de Cáceres, para prevenir nuevas intrigas nobiliarias.

Además para quitarle poder político a la nobleza se reestructuraron las instituciones de gobierno heredadas del periodo anterior. Especialmente en época feudal los reyes no podían prescindir de los nobles en dos aspectos básicos: la toma de decisiones, a través del Consejo Real y la guerra, dependiendo de las mesnadas feudales.

Con los Reyes Católicos surgiría un ejército moderno. En la guerra de Granada se tuvo que recurrir por última vez a las milicias urbanas y las tradicionales huestes señoriales, laicas, eclesiásticas y de órdenes militares. Pero la pérdida de importancia de la caballería y las guerras de Italia cambiaron el modelo de los ejércitos a partir del siglo XVI. Los soldados luchaban ahora por una soldada, es decir, eran mercenarios y sólo obedecían a las órdenes del rey, su mantenimiento era muy caro y los mandos pertenecían a la nobleza. Su principal sería Gonzalo Fernández de Córdoba, creador de las coronelías, una unidad de unos 6000 hombres, principalmente infantes.

Para asegurar el orden interno, proteger el comercio, los caminos y perseguir el bandolerismo se creó la Santa Hermandad, un grupo de gente armada pagada por los concejos. Fue instituida en las Cortes de Madrigal de 1476, unificando las distintas hermandades que habían existido desde el siglo XI.

Otra tradicional fuente de problemas era la Iglesia, formada por miembros de la alta nobleza y preocupada de las intrigas políticas, además de contar con unos recursos económicos considerables. Por ello los reyes obtuvieron en 1486 el derecho de patronato o Patronato Regio. Con ello se aseguraba el control de la jerarquía eclesiástica, luego fue ampliado para América donde además la Corona administraba el diezmo correspondiente a la Iglesia (Patronato Indiano 1508).

Otro problema que resolvieron los reyes fue el de las órdenes militares. En 1495 Fernando fue proclamado gran maestre de todas ellas (Santiago, Montesa, Alcántara y Calatrava) De esa forma pasaban a estar controladas directamente por el rey. Además sus tierras y rentas pasaban también a manos de la Corona, quedando ahora su pertenencia a cualquiera de ellas como un mero signo de distinción social.

También se reformó la Audiencia. Debido a la gran extensión de la Corona se decidió crear una nueva sala, Isabel la Católica en 1494, divide dicha Audiencia en dos: la Audiencia de Valladolid, con competencia al norte del río Tajo; y la de Ciudad Real, con competencia al sur del mismo río. En 1500 se decidió trasladar esta última a Granada, lo que se verificó en 1505. Además la audiencia de Valladolid tendría dos salas en Galicia y Vizcaya. En la Corona de Aragón Fernando también se introdujo esta institución creándose una audiencia en cada una de las capitales de los reinos.

Finalmente para administrar todo este complejo de gobierno se decidió la creación de consejos. En 1480 en las Cortes de Toledo se reformo el Consejo Real de Castilla (creado en 1385) A partir de la reforma los miembros del consejo serían en su mayoría letrados nombrados y pagados por la corona. Los pocos nobles que formaban parte de él, lo hacían llamados por el monarca, nunca por derecho propio. El poder del consejo fue aumentando hasta que acabó por ocuparse de todos los asuntos concernientes a la corona de Castilla. En 1494 Fernando creó el Consejo de Aragón.

Además aparecieron varios consejos asesores o ministeriales. El Consejo de la Inquisición, que será conocido como la Suprema, fue creado en 1483 y siempre se movió en un espacio ambiguo entre la condición de tribunal eclesiástico para la persecución de delitos contra la fe que era propia del Santo Oficio y la pretensión real por controlarlo desde los mismos tiempos fundacionales de los Reyes Católicos. Instancia última de las causas de los tribunales inquisitoriales locales, la Suprema, con el Inquisidor General a la cabeza, se ocupaba del nombramiento de los inquisidores y agentes del Santo Oficio. También en abierta ambigüedad entre lo eclesiástico y lo real, el Consejo de las Ordenes Militares, creado en 1495, extendía su campo de actuación al régimen privativo de los caballeros de hábito, ocupándose de velar por la pureza de su sangre a la hora de ingresar en alguna orden, sin olvidar las atribuciones de gobierno y justicia en las tierras de las órdenes militares cuyos maestrazgos fueron incorporados a la Corona de forma perpetua a partir de 1523. Y el Consejo de la Cruzada, creado por Juana I en 1509, que nació para la recaudación y administración de las llamadas tres gracias (bula de la cruzada, subsidio y excusado) que Roma concedía al Rey Católico para la organización de cruzados como Defensor de la Fe. Era presidido por un Comisario General y su campo de acción abarcaba los territorios de las coronas de Castilla, con las Indias, y Aragón, con Sicilia y Cerdeña.

6.2. La conquista del Reino Nazarí y la incorporación del Reino de Navarra.

La rendición de Granada (1492) Francisco Pradilla y Ortiz. 1882. Óleo sobre lienzo. 330 x 550 cm. Palacio del Senado, Madrid, España.


El desmembramiento del Imperio almohade, tras la derrota de las Navas de Tolosa en 1212 y la crisis de 1227, provocó la aparición de los Terceros Reinos de Taifas. Sólo un reino sobrevivió, el que la familia de los Banu Nasr fundó con capital en Granada. Su primer gobernante fue Muhammad I (1237-1273) Este Estado sobreviviría más de 250 años debido a sus propias fuerzas y a las intermitentes guerras civiles castellana.

Granada fue un estado poblado y rico. Contaba con una numerosa población, que a finales del siglo XV debía superar los 350.000 habitantes. Su economía era equilibrada, basada en una agricultura intensiva, con abundantes regadío (Caña de azúcar, frutales, hortalizas, algodón, cereales, etc.), una artesanía diversificada (cerámica, piel, hierro, seda, etc.) y un comercio activo con Castilla, con el Mediterráneo africano y oriental y con los puertos italianos de Génova y Pisa a través de Málaga y Almería.

La guerra tuvo mucho que ver con el hecho de que, al mismo tiempo que los reinos cristianos se habían pacificado y reorganizado, el reino de Granada se enfrentaba a la crisis dinástica de los últimos sultanes nazaríes, concretada por la lucha de poder entre estos tres personajes emparentados:

* Abu-l-Hasan «Alí Muley Hacén» (1464-1482 y 1483-1485).
* Abu Abd-Alah, Mohámed XII «Boabdil» (1482-1483 y 1486-1492), hijo del anterior.
* Mohámed XIII «el Zagal» (1485-1486), hermano del primero y tío del segundo.

Aparte de los enfrentamientos dentro de la familia real, la aristocracia granadina presentaba otras divisiones, como la rivalidad entre los Alamines, los Venegas y los Abencerrajes en 1412. Estos últimos se sublevaron en Málaga en 1473 y fueron duramente reprimidos por Muley Hacén (incluyendo, según la leyenda, una matanza a traición en un salón de la Alhambra).

En 1481 se reactivó la guerra, una vez concluida la guerra civil castellana. A partir de 1483 los Reyes Católicos se propusieron hacer de la conquista de Granada su primera gran empresa política. En ella utilizaron todos los recursos de Castilla y Aragón.

A pesar de mantener muchos rasgos medievales, fue una de las primeras guerras que puede considerarse moderna, por el armamento, fueron decisivos los asedios resueltos con artillería, y tácticas empleadas, destaca Gonzalo Fernández de Córdoba “El Gran Capitán”.

Primera fase, de 1482 a 1487
Conquista de la parte occidental del reino (actual provincia de Málaga, Loja y la Vega de Granada), aunque las conquistas territoriales se hicieron esperar hasta 1485.A finales del año 1481, como represalia por hostigamientos puntuales de parte cristiana, los musulmanes tomaron Zahara. Eso dio una excusa plausible para una operación de más envergadura el 28 de febrero de 1482: la toma de Alhama, a cargo de Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz.

En abril de 1483, en medio de las disensiones internas, y con el fin de adquirir prestigio, Boabdil intenta sin éxito tomar Lucena, cayendo prisionero. Los Reyes Católicos hacen una jugada que demostró ser decisiva: lo liberan tras asegurarse su alianza, incluyendo el pago de tributos. Desde Almería, hará la guerra a su padre el sultán Muley Hacén.

A partir de entonces y sucesivamente, caen Ronda (mayo de 1485), Marbella (sin combatir), Loja (mayo de 1486, con un uso decisivo de la artillería pesada), gran parte de la Vega de Granada y en la costa Vélez Málaga y la propia Málaga (19 de agoto de 1487). Esta plaza era especialmente significativa por ser el principal puerto y por la reducción a esclavitud de la mayoría de sus 8000 habitantes.

Segunda fase, de 1488 a 1490
Consistió en la conquista de la parte oriental del reino (actual provincia de Almería) y el resto del territorio, excepto la capital. Las campañas militares se vieron frenadas en 1488 como consecuencia de varios factores, peste en Andalucía y asuntos políticos en Aragón.

Trasladada la base de operaciones a Murcia, se producen unas primeras conquistas relativamente sencillas (Vera, Vélez Blanco y Vélez Rubio). La toma de Baza, asediada de junio a diciembre de 1489, llevó en poco tiempo a la capitulación de Almería y Almuñecar , mientras el Zagal se rendía a los Reyes Católicos, pasando a su servicio desde su señorío de Andarax. Granada quedaba totalmente aislada.

Tercera fase, de 1490 a 1492
Limitadas las operaciones al asedio de la ciudad, dirigido desde el campamento-ciudad de Santa Fe. Con más intrigas que acontecimientos militares, los Reyes Católicos exigieron a Boabdil la entrega de la ciudad en cumplimiento de sus tantas veces renovados pactos.

El 25 de noviembre de 1491 fueron firmadas las capitulaciones, que concedían además un plazo de dos meses para la rendición. No hubo necesidad de agotarlo, porque los rumores difundidos entre el pueblo granadino de lo pactado causaron tumultos, sofocados tanto por los cristianos como por los fieles a Boabdil, que acaba por entregar Granada el 2 de enero de 1492.

La rebelión de las Alpujarras
Boabdil comenzó retirándose a las tierras alpujarreñas que le garantizaban los Reyes, pero finalmente optó por cruzar el Estrecho, como la mayor parte de la élite andalusí en 1493.

La población mudejar pasó en poco tiempo de ser tratada con una inicial política de apaciguamiento, como correspondía a las condiciones de la capitulación, dirigida en lo religioso por fray Hernando de Talavera, confesor de la reina y primer arzobispo de la ciudad; a otra de mayor firmeza a partir de la visita del nuevo confesor, el cardenal Cisneros (1499). Como resultado, se obtiene un incremento de las "conversiones", pero también un motín en el Albaicín y una sublevación en las Alpujarras en 1500. Tales desórdenes fueron considerados como una ruptura de las condiciones de la capitulación por la parte islámica, con lo que, libres de toda cortapisa, los reyes emitieron la Pragmática de 11 de febrero de 1502, que obligaba al bautismo o al exilio de los musulmanes.

Navarra
Fue ocupada en 1512 como consecuencias de las guerras de Italia entre Fernando, rey de Aragón y regente de Castilla, y el rey de Francia Luis XII, aliado de los reyes de Navarra Catalina de Foix y Juan de Albret.
En abril de 1512 murió sin descendencia, Gastón de Foix, hermano de Germana de Foix, segunda mujer de Fernando II. Desde el mes de abril, los castellanos se preparan para la invasión. En abril se produce en Burgos una reunión de Fernando II con el mariscal Pedro de Navarra y otros principales caballeros navarros, en la que se solicitaba, por parte castellana, el paso de tropas por Navarra para hacer la guerra con Francia. Los navarros se negaron pero ofrecieron, a cambio, 100 lanzas para servir al Católico en Italia.

Pesaba sobre ellos la excomunión, decretada por Julio II la bula papal Pastor Ille Caelesti. Fernando dio la orden de invadir el reino. El ejército castellano se fue concentrando en Vitoria. Estaba a las órdenes de Fadrique Álvarez de Toledo, Duque de Alba y contaron con el apoyo de una parte de la nobleza navarra, los beamonteses.

El 29 de julio se llegó a un preacuerdo de capitulación, en el que dejaba a Fernando II todas las iniciativas en Navarra, y entre otras obligaciones el heredero Enrique de Labrit debería ser entregado para su educación. Este documento fue ratificado por Fernando el Católico el 4 de agosto, mientras que los reyes navarros nunca lo ratificaron.La rendición de las plazas fue paulatina, en las que Fernando II se va comprometiendo a salvaguardar sus fueros y privilegios.

A finales de 1512 se produjo un contraataque del rey de Navarra, rechazado por las tropas castellanas. El 17 de diciembre de 1512 se nombró como primer virrey y capitán general de Navarra a Diego Férnandez de Córdoba, marqués de Comares. Asimismo se fueron produciendo distintos nombramientos premiando la fidelidad a los nuevos gobernantes. En mayo de 1513 fue nombrado el conde de Lerín, Luis de Beaumont, canciller de Navarra y más tarde presidente del Consejo Real.

Las Cortes de Navarra se reunieron en marzo de 1513, y en ellas, el virrey hizo público un perdón general siempre que se acatasen las nuevas autoridades, y en nombre de Fernando el Católico juró respetar los fueros, usos y costumbres del Reino, aunque las promesas se supeditaban a la finalización de la guerra. En estas reuniones faltaron la mayoría de los nobles de la facción agramontesa, así como varios abades correspondientes al brazo eclesiástico.

En un primer momento, la adscripción de la conquista fue al reino de Aragón, pero quizás por el poco apoyo ofrecido desde Aragón, y por el contrario, el apoyo militar mayoritario del de Castilla, hizo que Fernando el Católico lo adscribiera a Castilla. Para legalizar la incorporación de Navarra a Castilla, el duque de Alba informó de esta decisión el 11 de junio de 1515 en las Cortes Castellanas reunidas en Burgos. Ningún navarro participó, ni tampoco hay mención de representantes navarros, ni siquiera como testigos. Fernando el Católico lo ratificó un mes después.

6.1. Unión dinástica: Integración de las Coronas de Castilla y de Aragón.



La unión política

Algunos historiadores consideran a los reyes católicos como los “forjadores de la unidad nacional”, mientras que otra corriente historiográfica rechaza esta afirmación al entender que no se trató de la unión de las dos coronas, sino de una yuxtaposición de Estados.

Evidentemente Fernando e Isabel tuvieron un proyecto político tendente a la unificación política de ambos Estados, desaparecería la España de los cinco reinos e incluso durante un tiempo ambas coronas tuvieron un único gobernante, Fernando (1506-1516)

La situación política en Castilla era muy complicada, un rey débil como Enrique IV y una heredera como Juana la Beltraneja en manos de una nobleza cada vez más poderosa. En esas circunstancias Isabel, hermana de Enrique, negoció en secreto su matrimonio con Fernando de Aragón, en ese momento rey de Sicilia y futuro heredero de Juan II, además de ser su primo. Finalmente se casaban en 1469.

A la muerte de Enrique en 1474 comenzaba una guerra civil entre Isabel apoyada por parte de la nobleza, villas del Duero y el Tajo y su esposo, es decir, Aragón. Se enfrentaban a Juana, prometida del rey de Portugal Alfonso V, y las tropas francesas y portuguesas. La guerra terminaba en 1479 con la victoria de Isabel y el Tratado de Alcaçovas. Ese mismo año moría Juan II y Fernando se convertía en rey de Aragón.

Los dos Estados presentaban grandes diferencias. La Corona de Castilla tenía una estructura política unitaria, sin embargo, la Corona de Aragón era una federación de Estados. Los reyes aceptaron esa pluralidad de territorios aunque evidentemente se impuso Castilla por su mayor peso demográfico, 6 millones de habitantes por apenas unos 800.000, y geográfico 385.000 m2 por 110.000.

Algunos historiadores hablan de una unión personal, “Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. Desde su matrimonio Isabel otorgaba a Fernando una amplia participación en el Gobierno de Castilla, posteriormente confirmada en la Concordia de Segovia de 1475, en la cual se le reconocía como rey de Castilla con las mismas prerrogativas (Fernando V), situación que se mantuvo hasta 1504. Sólo se reservaba la Reina los derechos sucesorios. Fernando haría lo mismo en 1481 en sus Estados con Isabel.

Aragón y Castilla mantuvieron sus fronteras, leyes, instituciones y particularidades. Nunca hubo un intento de fusionas las dos Coronas. Los reyes residirían en Castilla, aunque sin fijar una Corte estable sintieron predilección por Granada. Por su parte Fernando nombró un lugarteniente (virrey) que le representase en sus Estados patrimoniales. El ejército de los reyes actuó en asuntos que afectaban a ambas coronas y la política internacional se orientó a unir fuerzas. La única institución común fue el Tribunal del Santo Oficio creado en 1478.

La unión territorial

Granada

En 1481 comenzó una nueva guerra contra el reino nazarí de Granada que culminaría con su anexión a Castilla el 2 de enero de 1492. Esta sería la primera empresa conjunta de los reyes y para ello se utilizaron los recursos conjuntos de ambos Estados.

Fue una guerra especialmente dura, por ejemplo toda la población de Málaga fue vendida como esclavos al ocupar las tropas cristianas la ciudad. Finalmente el último de los reyes musulmanes de España negoció la rendición de la capital, Boabdil entregó las llaves de la ciudad tras firmar un pacto que respetaría la hacienda, vida, religión, leyes y costumbres de la población musulmana.

Como consecuencia de esta conquista el papa Alejandro VI, el valenciano Rodrigo de Borja, concedió el título de Católicos a los reyes en 1494.

Navarra

Fue ocupada en 1512 como consecuencias de las guerras de Italia entre Fernando, rey de Aragón y regente de Castilla, y el rey de Francia Luis XII, aliado de los reyes de Navarra Catalina de Foix y Juan de Albret.

A consecuencia de la negativa de estos a dejar paso a las tropas de Fernando y a la excomunión que pesaba sobre ellos, decretada por Julio II, este dio la orden de invadir el reino. Las tropas estuvieron dirigidas por el duque de Alba y contaron con el apoyo de una parte de la nobleza navarra, los beamonteses. Todo el territorio del reino al Sur de los Pirineos quedó en manos de Fernando. En 1513, las Cortes de Navarra, sólo con la asistencia de beamonteses, nombraron a Fernando el Católico rey de Navarra. En 1515 las Cortes Castellanas reunidas en Burgos proclamaron la incorporación de Navarra a la Corona de Castilla, aunque esta mantuvo sus propias Cortes, fueros, leyes y costumbres.

La unión religiosa

A raíz del asalto a las juderías de finales del siglo XIV muchos judíos se habían convertido al cristianismo. En 1478 en la visita que realizaron los reyes a Sevilla pudieron ver la tensión existente, los conversos eran acusados de judaizar. Ese mismo año obtenían del papa Sixto IV el permiso para nombrar inquisidores en Andalucía, aunque este tribunal existió en Aragón desde 1242 fue en 1483 cuando se introdujo definitivamente en la Corona y en 1487 en Barcelona. Los inquisidores generales eran nombrados por los monarcas y fue un tribunal que siempre estuvo bajo su dirección.

Pese a la persecución, condenas (sanbenitos) y ejecuciones (autos de fe) se tomó una medida más drástica, esta fue la definitiva expulsión de los judíos de todos los territorios bajo su Gobierno en 1492, salvo conversión. Se calcula en unas 100.000 personas las expulsadas que formarán el pueblo sefardí.

El otro problema religioso era el representado por los mudéjares, especialmente en el reino de Granada. El nuevo arzobispo, Fray Hernando de Talavera, intentó una conversión pacífica, con unos malos resultados. Es por eso que en 1499 se nombra a Francisco Jiménez de Cisneros como nuevo responsable de la conversión. Sus métodos originaron una revuelta en el Albaicín en 1501 que se extendería a las Alpujarras. Fue sofocada al año siguiente pero con esta revuelta los Reyes entendían rotos los pactos de 1492 y se obligó a los mudéjares a la conversión o al exilio. La mayoría optó por la conversión pasando a denominarse moriscos.

Juegos: Europa Universalis III: Napoleon´s Ambition

La tercera entrega de Europa Universalis, cuyo análisis podéis leer aquí, nos dio la oportunidad de tomar el papel de cualquier país del mundo en un punto entre el descubrimiento de América y la llamada revolución Americana, en 1776. Ahora, este periodo se amplía con la expansión que tenemos entre manos para permitirnos vivir de cerca el turbulento periodo en el que Francia se convirtió en la república actual. Partiendo desde la toma de la Bastilla hasta los últimos días del general, el crítico papel de Napoleón en la historia Europea sirve para ponerle nombre y rostro al contenido adicional. En el paquete encontramos nuevos desafíos, refriegas entre naciones y la posibilidad de truncar los planes del conquistador galo, o bien hacerlos triunfar si tomamos su papel. En cualquiera de los casos, Napoleon´s Ambition (NA de ahora en adelante) llega para satisfacer a todos aquellos que disfrutan de la rama más exhaustiva y profunda de la estrategia en tiempo real.

Significativamente, no necesita el juego original para funcionar, y se instala de forma independiente con todo el contenido de Europa Universalis III. La ampliación recoge el mismo contenido que el original, con todos los periodos de partida que ya se nos planteaban, a las que añade la revolución francesa y extiende la línea de tiempo hasta 1820. Además de esta nueva fase de la historia, se han introducido una gran cantidad de personajes de apoyo al gobierno de los territorios, nuevas naciones que controlar y motivaciones e ideas nacionales de las que extraer beneficios para nuestro pueblo. Las opciones de juego histórico permiten que los personajes que encontraremos aparezcan en el contexto y tiempo correcto, confeccionando un apartado jugable muy trabajado y documentado. El apartado bélico también se nutre de la incorporación de nuevas unidades terrestres y marítimas con las que desplegar ejércitos más variados y poderosos.



Leer más...

Cine: Miranda regresa

Miranda regresa, una producción que examina la vida del precursor de la independencia venezolana, Francisco de Miranda.

El filme (que también tendrá una versión seriada para televisión) está protagonizado por Jorge Reyes, Luis Jerónimo Abreu, Alberto Alifa, Carlos Mata, Fabiola Colmenares, Mimí Lazo, Héctor Palma, José Torres y Yanis Chimaras, entre otros. El estadounidense Danny Glover tiene una participación especial.

Dirige Luis Alberto Lamata con la producción de La Villa del Cine.


El siglo XIX ya tiene su lugar en el Museo del Prado

El Museo del Prado pone fin al "éxodo" y al "destierro" al que han estado sometidas las obras del siglo XIX para devolverlas a su casa de forma definitiva, gracias a la apertura de 12 nuevas salas que permitirán recorrer, por primera vez, la historia del arte español desde el Románico hasta los maestros del siglo XIX.

Desde el último Goya hasta Sorolla, la colección denominada como "la otra ampliación" se prolonga en 12 salas y 176 obras de las colecciones del siglo XIX �154 pinturas, 21 esculturas y una maqueta� que permiten incorporar definitivamente a la pinacoteca las obras de los maestros del ochocientos junto los grandes artistas del pasado.

La ampliación de la colección supone, en palabras del director del Prado, Miguel Zugaza, la "definitiva puesta en escena del siglo XIX" y el "reencuentro" del museo con la historia para situarlo a las puertas del siglo XX.

Leer más...

IV CONGRESO INTERNACIONAL DE HISTORIA DE LA DEFENSA Fuerzas Armadas y políticas de Defensa durante el franquismo


A setenta años del comienzo del régimen franquista, el más extenso periodo de la España del siglo XX ha sido analizado por la historiografía desde las más variadas perspectivas. A pesar del papel fundamental desempeñado, configurándose como un importante baluarte del franquismo, las Fuerzas Armadas no han sido estudiadas en profundidad, en sus niveles institucional, organizativo y operativo.En la medida en que la vinculación de las FAS con el dictador transcendió la lealtad institucional, su configuración estuvo en relación directa con el peso social y político que les otorgó el dictador. De igual forma, al no existir ningún conflicto directo, la actuación fundamental de la institución castrense estuvo más focalizada en el escenario interior. El IV Congreso de Historia de la Defensa propone abordar los principales rasgos distintivos de las Fuerza Armadas durante el franquismo, con el fin de analizar sus planteamientos doctrinales, evolución orgánica, operativa y misiones, la influencia de la vinculación a Estados Unidos, las prácticas corporativas o su imagen social, entre otros aspectos. Elementos que permitirán profundizar en el conocimiento de la Historia de las FAS y del mismo período franquista, analizando las relaciones entre los tres Ejércitos y de éstos con el conjunto de la Administración del Estado, determinando la existencia de unas propias políticas de Defensa o la extensión de la autonomía militar a nivel de diseño político.

Leer más...

Cine: Katyn

Comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Después de la invasión de la Alemania nazi en Polonia, siguiendo la orden de Joseph Stalin el 17 de septiembre de 1939, las unidades del Ejército Rojo también entraron ilícitamente sobre suelo polaco. En consecuencia, todos los oficiales polacos se encontraron bajo la esclavitud soviética. Anna, la esposa de un capitán del Regimiento de Uhlan está a la espera de su marido, y recibe con incredulidad todas las pruebas que evidencian que ha sido asesinado por los rusos. La esposa de un general, en abril de 1943, se entera de la muerte de su marido después de que los alemanes descubren fosas masivas de oficiales polacos en el bosque de Katyn. El silencio y la mentira acerca del crimen rompen el corazón de Agnieszka, hermana de un piloto que tuvo la misma suerte que los otros soldados polacos. El único sobreviviente es Jerzy, amigo del capitán, que entra en las filas del Ejército del Pueblo Polaco.

¿Cómo será la vida de las mujeres que siguen esperando a sus amados, después de la guerra, en un Estado Polaco dependiente de la Rusia Soviética? ¿Patria y Libertad seguirán significando lo mismo para aquellos que han aceptado el nuevo sistema?

Una historia de oficiales polacos asesinados durante la Segunda Guerra Mundial por la NKVD (la policía secreta rusa) en Katyn en 1940. Un retrato de las mujeres que ignoraban el crimen, que estaban a la espera de sus maridos, padres, hijos y hermanos. Un acuerdo inflexible con la mentira, que obligó a Polonia a olvidar a sus héroes. Una película sobre una lucha invencible por la verdad y la memoria, gracias a la cual existe una Polonia libre actualmente.

Fecha de Estreno: Viernes, 09 de Octubre de 2009


5.3. La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo.




Jaime I el Conquistador tras el fracaso de Muret en 1213, donde murió Pedro II, procedió a terminar el proceso de Reconquista. Se ocupó Mallorca en 1229, Ibiza en 1235 y Valencia en 1238.

Sicilia
En Palermo estalló una revuelta contra el gobierno de los Anjou el 30 de marzo de 1282, Vísperas sicilianas. La nobleza siciliana ofreció la corona a Pedro III el Grande, el cual tras desembarcar en Trapani en agosto se adueñó de la isla en pocos días. En 1283 Roger de Llúria ocupaba la isla de Malta y las tunecinas de Djerba y Querquena en 1284, obligando además al sultán a pagar un tributo anual de 33.333 besantes de oro y a tener a su servicio un destacamento de soldados aragoneses. Además las tropas francesas de Carlos de Anjou, príncipe de Salerno, eran derrotadas en el Sur de Italia (Nápoles 1284) El rey de Francia Felipe organizó desde Navarra, donde reinaba su hijo, una ofensiva sobre Cataluña en 1285 pero la resistencia de Gerona y la derrota naval en el golfo de Rosas obligaron a la retirada francesa. Ese mismo año moría Pedro II repartiendo sus posesiones entre sus hijos Alfonso, Cataluña, Aragón y Valencia, y a Jaime le legaba Sicilia.

Alfonso se mantuvo en guerra, aunque recurriendo cada vez más a la diplomacia, moría en 1291, el mismo año en que firmaba un acuerdo de paz con Francia y el papado. Jaime heredaba sus territorios, pero contrariamente a lo dispuesto en el testamento retenía Sicilia y la guerra continuaba. En 1295 por el tratado de Anagni cedía el gobierno de la isla la Santa Sede, a cambio de Córcega y Cerdeña. Sin embargo, los sicilianos elegían a su hermano Federico con rey y continuaban la lucha. Finalmente se estableció una dinastía de la casa de Aragón en Sicilia hasta 1409 fecha en que volvería a integrarse a la corona Aragonesa con Martín II el Humano.

Cerdeña
Jaime II no ejerció de forma inmediata sus derechos. No fue hasta 1323-1324 cuando un ejército aragonés al mando del futuro rey Alfonso IV, con ayuda siciliana, se hizo con el dominio de la isla. Estaba dividida en cinco estados y gobernaba en uno de ellos desde finales del siglo XIII la familia de los vizcondes de Bas, de origen catalán. Esto supuso una guerra con pisanos y genoveses, potencias marítimas del Mediterráneo que terminó con la victoria aragonesa.

Norte de África
En 1291 se firmo con Castilla el acuerdo de Monteagudo, delimitando las áreas de influencia de ambos estados en el Norte de África. No fue una conquista militar propiamente dicha, sino la consecución de una serie de ventajas económicas y comerciales otorgadas por los sultanes de Marruecos, Temecén e Ifriqiyya, además de una cierta protección militar e intervención en asuntos internos por parte aragonesa.

Mediterráneo Oriental
En 1269 Pedro el Grande proyectó un frustrado intento de expedición a Palestina.
En 1302 tras la paz en Sicilia (paz de Caltabellota) dejó a los almogavares sin ocupación, estas eran tropas de mercenarios reclutados en los reinos cristianos peninsulares. Roger de Flor, uno de sus capitanes, llegó a un acuerdo con Andrónico II, emperador bizantino, para que la Gran Compañía de los Almogavares prestase sus servicios al Imperio. Con 36 galeras y unos 6.000 hombres llegó a Constantinopla en 1303, tras derrotar sucesivamente a los turcos en Anatolia y recibir varios contingentes de refuerzo se establecieron en Gallipoli (1304) Las desmesuradas pretensiones del megaduque y cesar, Roger de Flor, llevaron a Miguel IX a su asesinato y al de varios de sus capitanes en 1305.

Como represalias los almogavares devastaron gran parte del Imperio, sobre todo Tracia (Venjança catalana) Macedonia, Focea y en 1310 derrotaban al duque de Atenas en Cesifo. Se iniciaba así el dominio del ducado de Atenas. Roger Deslaur, elegido canciller de la compañía, reconoció la autoridad de los reyes de Sicilia. En 1318 tras la conquista de Tesalia se creó el ducado de Neopatria, unido al de Atenas. No fue hasta 1380 cuando la “Grecia catalana” se incorporó formalmente a la Corona de Aragón. En 1388 una compañía navarra devastaba Grecia y tomaba la Acrópolis y en 1390 se perdía Neopatria a manos florentinas terminando así la existencia de estos ducados.

Nápoles
Alfonso V el Magnánimo llevó a cabo una agresiva política exterior. Tomó Calvi en Córcega en 1420, destruyó Marsella en 1427 y desde 1421 lucho por ocupar el trono de Nápoles en rivalidad con Génova, Venecia, Florencia, el papado, Milán y los Anjou.

La reina Juana II de Nápoles le adoptó como hijo y heredero, y además le nombraba regente tras la ayuda aragonesa en 1421 que permitió levantar el sitio de la ciudad. Tras una larga guerra entró triunfante en la ciudad en 1443, donde fijó su residencia hasta su muerte en 1458. A su muerte se establecería una dinastía aragonesa hasta 1504 que fue conquistada por Fernando el Católico.