Hay aquí un silencio de cuatro siglos, el tiempo que ha transcurrido desde que nadie vive en L'Atzuvieta, uno de los cuatro poblados moriscos que existieron en La Vall d'Alcalà. Y sin embargo cada muro que ha resistido erguido los temporales, cada casa adivinada en restos de paredes, patios y dinteles, cada calle todavía trazada entre matorrales atestiguan que éste fue el último hogar de la desdichada civilización morisca, heredera de los antiguos musulmanes derrotados tras la conquista cristiana, y expulsada hace 400 años por un decreto del rey Felipe III.
Leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario