5.3. La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo.




Jaime I el Conquistador tras el fracaso de Muret en 1213, donde murió Pedro II, procedió a terminar el proceso de Reconquista. Se ocupó Mallorca en 1229, Ibiza en 1235 y Valencia en 1238.

Sicilia
En Palermo estalló una revuelta contra el gobierno de los Anjou el 30 de marzo de 1282, Vísperas sicilianas. La nobleza siciliana ofreció la corona a Pedro III el Grande, el cual tras desembarcar en Trapani en agosto se adueñó de la isla en pocos días. En 1283 Roger de Llúria ocupaba la isla de Malta y las tunecinas de Djerba y Querquena en 1284, obligando además al sultán a pagar un tributo anual de 33.333 besantes de oro y a tener a su servicio un destacamento de soldados aragoneses. Además las tropas francesas de Carlos de Anjou, príncipe de Salerno, eran derrotadas en el Sur de Italia (Nápoles 1284) El rey de Francia Felipe organizó desde Navarra, donde reinaba su hijo, una ofensiva sobre Cataluña en 1285 pero la resistencia de Gerona y la derrota naval en el golfo de Rosas obligaron a la retirada francesa. Ese mismo año moría Pedro II repartiendo sus posesiones entre sus hijos Alfonso, Cataluña, Aragón y Valencia, y a Jaime le legaba Sicilia.

Alfonso se mantuvo en guerra, aunque recurriendo cada vez más a la diplomacia, moría en 1291, el mismo año en que firmaba un acuerdo de paz con Francia y el papado. Jaime heredaba sus territorios, pero contrariamente a lo dispuesto en el testamento retenía Sicilia y la guerra continuaba. En 1295 por el tratado de Anagni cedía el gobierno de la isla la Santa Sede, a cambio de Córcega y Cerdeña. Sin embargo, los sicilianos elegían a su hermano Federico con rey y continuaban la lucha. Finalmente se estableció una dinastía de la casa de Aragón en Sicilia hasta 1409 fecha en que volvería a integrarse a la corona Aragonesa con Martín II el Humano.

Cerdeña
Jaime II no ejerció de forma inmediata sus derechos. No fue hasta 1323-1324 cuando un ejército aragonés al mando del futuro rey Alfonso IV, con ayuda siciliana, se hizo con el dominio de la isla. Estaba dividida en cinco estados y gobernaba en uno de ellos desde finales del siglo XIII la familia de los vizcondes de Bas, de origen catalán. Esto supuso una guerra con pisanos y genoveses, potencias marítimas del Mediterráneo que terminó con la victoria aragonesa.

Norte de África
En 1291 se firmo con Castilla el acuerdo de Monteagudo, delimitando las áreas de influencia de ambos estados en el Norte de África. No fue una conquista militar propiamente dicha, sino la consecución de una serie de ventajas económicas y comerciales otorgadas por los sultanes de Marruecos, Temecén e Ifriqiyya, además de una cierta protección militar e intervención en asuntos internos por parte aragonesa.

Mediterráneo Oriental
En 1269 Pedro el Grande proyectó un frustrado intento de expedición a Palestina.
En 1302 tras la paz en Sicilia (paz de Caltabellota) dejó a los almogavares sin ocupación, estas eran tropas de mercenarios reclutados en los reinos cristianos peninsulares. Roger de Flor, uno de sus capitanes, llegó a un acuerdo con Andrónico II, emperador bizantino, para que la Gran Compañía de los Almogavares prestase sus servicios al Imperio. Con 36 galeras y unos 6.000 hombres llegó a Constantinopla en 1303, tras derrotar sucesivamente a los turcos en Anatolia y recibir varios contingentes de refuerzo se establecieron en Gallipoli (1304) Las desmesuradas pretensiones del megaduque y cesar, Roger de Flor, llevaron a Miguel IX a su asesinato y al de varios de sus capitanes en 1305.

Como represalias los almogavares devastaron gran parte del Imperio, sobre todo Tracia (Venjança catalana) Macedonia, Focea y en 1310 derrotaban al duque de Atenas en Cesifo. Se iniciaba así el dominio del ducado de Atenas. Roger Deslaur, elegido canciller de la compañía, reconoció la autoridad de los reyes de Sicilia. En 1318 tras la conquista de Tesalia se creó el ducado de Neopatria, unido al de Atenas. No fue hasta 1380 cuando la “Grecia catalana” se incorporó formalmente a la Corona de Aragón. En 1388 una compañía navarra devastaba Grecia y tomaba la Acrópolis y en 1390 se perdía Neopatria a manos florentinas terminando así la existencia de estos ducados.

Nápoles
Alfonso V el Magnánimo llevó a cabo una agresiva política exterior. Tomó Calvi en Córcega en 1420, destruyó Marsella en 1427 y desde 1421 lucho por ocupar el trono de Nápoles en rivalidad con Génova, Venecia, Florencia, el papado, Milán y los Anjou.

La reina Juana II de Nápoles le adoptó como hijo y heredero, y además le nombraba regente tras la ayuda aragonesa en 1421 que permitió levantar el sitio de la ciudad. Tras una larga guerra entró triunfante en la ciudad en 1443, donde fijó su residencia hasta su muerte en 1458. A su muerte se establecería una dinastía aragonesa hasta 1504 que fue conquistada por Fernando el Católico.