1.- Los inicios de la transición política
Las fuerzas políticas: los franquistas se dividieron en dos tendencias, por una parte los aperturistas partidarios de un cambio político como Suárez, Fraga o Areilza, por otro los inmovilistas o “el bunker” con Blas Piñar o Girón de Velasco. La oposición de derecha apenas tenía influencia aunque contaba con figuras históricas como Ruíz-Giménez o Gil Robles. El nacionalismo conservador se organizó en Convergencia Democrática, partido fundado en 1974 por Pujol y el PNV. Más numerosos e influyentes fueron los partidos de izquierdas: el Partido Socialista Popular de Tierno Galván, el PSOE que tras el congreso de Suresnes de 1974 fue dirigido por Felipe González. El PCE seguía siendo el principal partido de la oposición liderado por Santiago Carrillo. A nivel sindical destacaban CCOO de Marcelino Camacho y una reconstituida UGT. En 1974 el PCE encabezó una Junta Democrática integrada por varios partidos. Un año después el PSOE creaba la Plataforma deConvergencia Democrática.
La figura de don Juan Carlos al comienzo de su reinado: El 22 de noviembre de 1975 Juan Carlos I juró ante las Cortes como nuevo rey bajo el peso de la figura de Franco sobre su formación política. Sin embargo, tanto él como sus más íntimos asesores ya tenían clara la línea a seguir para la transición a la democracia.
El Gobierno de Arias Navarro: El rey optó por mantener como presidente del Gobierno a Carlos Arías Navarro pero con la presencia de moderados como Fraga, Martín Villa y José María de Areilza. En 1976 se produjo una oleada de huelgas y en Vitoria se produjeron varios muertos. Además, en la concentración carlista de Montejurra morían dos personas más. A finales de 1976 se formó la Coordinación Democrática o “Platajunta”.
El gobierno de Suárez: En verano de 1976 el rey nombró un nuevo Gobierno presidido por Adolfo Suárez, de pasado falangista, y confeccionó un gabinete con moderados y aperturistas. Consiguió que se aprobase la reforma del Código Penal que permitía la legalización de los partidos, se aprobó una amnistía que permitió la liberación de los presos políticos pero que excluyó a los condenados por terrorismo.
La Ley para la Reforma Política: El proyecto fue una pieza clave para la transición a la democracia y fue redactado por Torcuato Fernández de Miranda, presidente de las Cortes. El clima en el momento de su discusión era muy tenso por la amnistía del Gobierno, los manifestaciones y los continuos atentados terroristas, lo que llevó a Suárez a nombrar como vicepresidente al teniente general Gutiérrez Mellado. Finalmente fue aprobado en un tenso debate y en él se afirmaba la soberanía popular, la democracia, un sistema bicameral y el sufragio universal.
El referendum de 15 de diciembre de 1976: La campaña se desarrolló en un clima de agitación política. El PSOE celebró su XXVII Congreso en Madrid, días después Santiago carrillo daba una rueda de prensa clandestina, mientras el GRAPO secuestraba al presidente del Consejo de Estado. La consulta y aprobación supuso un éxito para el Gobierno lo que propició la liberación de Carrillo y la disolución del TOP antes de la finalización del año. A inicios de 1977 se produjo el secuestro del presidente del Consejo Supremo de Justicia militar por los GRAPO y posteriormente el asesinato de cinco abogados laboralistas del PCE en un despacho de la calle Atocha por pistoleros ultraderechistas.
Sin embargo, el Gobierno continuó con sus reformas y en abril se disolvió el Movimiento Nacional, se legalizó al PCE (Jueves Santo), se legalizaron los sindicatos y se permitió el regreso de los exiliados.
Se celebraron elecciones a Cortes constituyentes en junio de 1977 obteniendo la victoria la UCD de Suárez con 165 escaños por 118 el PSOE, muy lejos quedó el PCE con 20 y 16 AP de Fraga y Arias Navarro. La grave situación económica llevó a partidos y sindicatos a firmar los Pactos de laMoncloa donde se establecieron medidas económicas que comprometieron a todas las fuerzas sociales a medidas fiscales, un programa de inversión pública y el control de la Seguridad Social. Además, a finales de 1977 se aprobó una completa amnistía, incluyendo a todos los procesados por terrorismo.
Sin embargo, el Gobierno continuó con sus reformas y en abril se disolvió el Movimiento Nacional, se legalizó al PCE (Jueves Santo), se legalizaron los sindicatos y se permitió el regreso de los exiliados.
Se celebraron elecciones a Cortes constituyentes en junio de 1977 obteniendo la victoria la UCD de Suárez con 165 escaños por 118 el PSOE, muy lejos quedó el PCE con 20 y 16 AP de Fraga y Arias Navarro. La grave situación económica llevó a partidos y sindicatos a firmar los Pactos de laMoncloa donde se establecieron medidas económicas que comprometieron a todas las fuerzas sociales a medidas fiscales, un programa de inversión pública y el control de la Seguridad Social. Además, a finales de 1977 se aprobó una completa amnistía, incluyendo a todos los procesados por terrorismo.
2.- La Constitución de 1978 y el Estado de las autonomías
Los gobiernos pre-autonómicos y el proceso constituyente: En 1977 se produjo el restablecimiento del régimen autonómico, en septiembre se reconstituyó la Generalitatcon el regreso del presidente Tarradellas y en enero de 1978 entraba en vigor la pre-autonomía den las Vascongadas, posteriormente vendrían las de Andalucía y Galicia. El 6 de diciembre de 1978 se aprobó en referendum la constitución, elaborada por 9 ponentes representantes de los partidos políticos como Fraga, Solé Turá o Peces Barba.
La constitución de 1978: Se definía España como un Estado democrático y de derecho con una monarquía hereditaria y parlamentaria. Se establecía una amplia declaración de derechos y deberes, la mayoría de edad a los 18 años y la prohibición de la pena de muerte. División de poderes: Ejecutivo en manos del Gobierno, legislativo con dos cámaras (Congreso y Senado) y el judicial en manos de jueces y tribunales, junto a un tribunal constitucional. Se proclamaba la acofensionalidad del Estado, el derecho a la autonomía de las regiones y la imposibilidad de independencia de las mismas. El desarrollo orgánico de la constitución se produjo durante los gobiernos de la UCD que aprobó las leyes del Poder judicial, la reforma fiscal y la Ley del divorcio.
Los desafíos del golpismo y del terrorismo
La nueva democracia española tuvo que enfrentarse desde la transición a un doble desafío. El terrorismo de ETA al que se vino a unir en los primeros momentos el de grupos de extrema izquierda como el GRAPO, y la amenaza de un golpe militar añadida al terrorismo de extrema derecha.
La brutal campaña terrorista de ETA causó 65 muertos en 1978, 86 en 1979 y 93 en 1980. Esos fueron los dos años más letales de la banda. Estaba claro que, aunque nacida en la dictadura, el principal enemigo del terrorismo nacionalista era la democracia española.
El proceso de reformas estuvo siempre amenazado por dos fuerzas opuestas que se alimentaban mutuamente. Por un lado, las fuerzas de extrema derecha, en las que se agrupaban los residuos del franquismo más duro, grupos terroristas como los Guerrilleros de Cristo Rey, diarios del régimen como El Alcázar, o grupos políticos como Fuerza Nueva dirigida por Blas Piñar. Esta extrema derecha centró sus esfuerzos en alentar un golpe militar que pusiera fin al proceso democrático. Por otro lado, los grupos terroristas nacionalistas como ETA o de extrema izquierda como el GRAPO. Con sus ataques al ejército y las fuerzas policiales alimentaban las posibilidades de un golpe militar.
La situación llegó a su momento de máxima tensión en la semana del 23 al 29 de enero de 1977, cuando una sucesión de hechos violentos estuvo a punto de dar al traste con la transición. Al asesinato de un estudiante en una manifestación pro-amnistía por parte de los "Guerrilleros de Cristo Rey", le siguió el secuestro del presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, el general Villaescusa, por parte del GRAPO y la matanza de cinco abogados laboralistas del PCE en Atocha por grupos de pistoleros de extrema derecha.
La respuesta popular fue una gran manifestación de repulsa en Madridque se desarrolló pacíficamente y que mostró claramente la voluntad general de continuar los cambios de forma pacífica.
De cualquier manera, los ataques terroristas continuaron y la amenaza golpista se acentuó. En 1978 tuvo lugar la denominada Operación Galaxia, complot militar para organizar un golpe de estado para acabar con el sistema democrático. En él estaba implicado Tejero, que tres años después protagonizaría el golpe del 23 de febrero.
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