'España 1900', que exibe la Fundación Mapfre hasta el domingo 25, que la incluye en su título, sugiere un momento crucial, un gran cambio. En realidad, estrictamente, en 1900 no pasó nada.
El impresionismo ya había dado sus grandes frutos y, para entonces, Monet y, todavía más, Manet, ya eran viejos maestros. Tampoco los primeros ismos importantes, como el fauvismo o el expresionismo, habían cuajado aún. Incluso el simbolismo ya estaba un poco pasadito desbordado por los éxitos de los nuevos impresionistas como Sorolla o los grandes realistas.
En España, estos últimos se consideraban, nada menos, que herederos de Velázquez y la crítica sostenía que una tradición tan arraigada no iba a permitir que cuajase nunca un movimiento como el simbolismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario