Después de los dos intentos fallidos de mejorar al Panzer-I y al CV-33/35, el Estado Mayor aprobó la construcción de un carro en España, el denominado Carro . Recibió ese nombre en honor a su diseñador, el comandante de artillería Félix Verdeja Bardales, el cual presentó un proyecto en 1938 tras cuya aprobación se fabricó el primer prototipo en el mes de enero de 1939, siendo denominado carro Verdeja-1.
El blindado era una suma de componentes de los carros en servicio, a excepción del tren de rodaje que era propio. Se trataba de un nuevo sistema, sin dientes guía, con las ruedas corriendo por un canal. El blindaje era de 16 mm en todas sus partes. El armamento era de un cañón de 45 mm modelo 1932, ligado a un telescopio de puntería proveniente de un T-26 y dos ametralladoras MG-13, originales de un Panzer I. El motor era un Ford V8 modelo 48 de gasolina, ligeramente modificado del modelo para turismos, mientras que la caja de cambios procedía de un Panzer I. Como se puede ver una auténtica obra de artesanía .
El 10 de enero de 1939 se efectuaron las pruebas del nuevo prototipo en Zaragoza ante la comisión presidida por el general Orgaz con resultado favorable, y diez días después ante el general Franco con idéntico resultado. Su creador fue destinado a Bilbao con el encargo de terminar el proyecto.
Al final la Guerra Civil, el comandante Verdeja, formó parte de la comisión militar que, encabezada por el general Aranda, viajó a Alemania en junio de 1939 visitando varias fábricas de blindados y las escuelas de artillería y carros de combate . Tras la visita Verdeja junto a su equipo de la Dirección General de Industria y Material de Guerra terminó, en agosto de 1940, el segundo prototipo, el cual fue probado en el campo de maniobras y tiro del polígono de Experiencias de Carabanchel. Presidió la comisión de expertos el coronel de infantería Manuel Tuero Castro, jefe del Regimiento de carros nº 1.
Las pruebas comparativas con un modelo soviético T-26B demostraron la superioridad del carro español. El carro Verdeja-2, tras los buenos resultados, de los que daba cuenta el acta final de la comisión, realizó otra prueba en noviembre de ese mismo año con idénticos buenos resultados . En esa fecha el modelo estaba, comparativamente, al nivel de los carros en servicio de las distintas potencias, pero apenas un año después ya era claramente inferior, escaso de blindaje y con un cañón inferior al resto, por ejemplo los Panzer III alemanes ya montaban un cañón de 50 mm y el soviético T-34 nacía con uno de 76 mm y un blindaje máximo de 70 mm.
Al año siguiente, mediante la ley de 23 de junio, se creó una Compañía Anónima de carácter mixto, donde intervenía el Estado y también inversores privados, que se dedicaría a la construcción de Carros de Combate y Tractores. El 11 de agosto de 1941 Verdeja fue designado como integrante de la Junta de esa empresa y se aprobó la construcción de 1.000 unidades asignando un presupuesto: “Aprobado y poner en marcha. Varela” . Se pensó que la fábrica de Trubia podría fabricar nueve carros al mes y que si la fábrica de Reinosa se ampliase, cosa que al final no se hizo, podría llegar a construir hasta 190 unidades al año, con lo que se hubiese necesitado más de cinco años para completar el número inicialmente estimado de 1.000 tanques. La capacidad de producción española era muy modesta, ya que por ejemplo en 1941 Alemania fabricó solamente del modelo Panzer-III 2.409 unidades y el total de carros producidos de todos los tipos fue de más de 4.000, a los que habría que añadir los vehículos blindados . Además, al carro Verdeja se plantearon dos problemas, el primero de ellos fue que no existían motores y que el prototipo había sido construido con lo poco que se podía contar, no con el material adecuado, por lo que nuevamente se pensaba en realizar la compra en el extranjero.
El segundo de ellos, y que fue el causante del abandono del proyecto, fueron los informes remitidos desde Rusia por los voluntarios de la División Azul sobre los nuevos carros soviéticos. La puesta en servicio del T-34 y el KV-1 hizo que a finales de 1941 el carro Verdeja-2 estuviese desfasado, escaso de blindaje y con un cañón principal insuficiente. Finalmente se dejó en dique seco la construcción de un carro español y se optó por la única opción posible, la compra directa a Alemania de carros de combate.
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