1.- Los preparativos
Desde el triunfo en las
elecciones de febrero del Frente Popular los distintos partidos de derechas y
fuerzas más conservadoras ya habían comenzado el acercamiento a los militares
para que diesen un golpe de Estado. Se eligió para encabezarlo al general
Sanjurjo. Él había protagonizado otro intento en 1932 y en ese momento se
encontraba exiliado en Lisboa. Se necesitaba a alguien en el interior que lo
organizase y el elegido fue el general Emilio Mola, en ese momento destinado en
Pamplona y al que conocería por el nombre en clave de “El Director”.
El general Franco, que
posteriormente fue la figura principal de la guerra, no se decidió a participar
hasta fechas muy próximas al golpe. Franco se encontraba destinado en la
comandancia de Canarias. En previsión de que definitivamente Franco se sumase
al golpe un corresponsal del ABC en Londres contrató los servicios del DragonRapid.
2.- El desencadenante y la sublevación:
Dos asesinatos serán los
desencadenantes del golpe. El 12 de julio un grupo de pistoleros falangistas
asesinaban al teniente Castillo de la Guardia de Asalto. Posteriormente tanto
guardias como algún miembro del PSOE, partido al que Castillo estaba afiliado,
fueron al domicilio del líder del Bloque Nacional José Calvo Sotelo al que
asesinaron.
“El 17 a las 17”: Esa fue la
fecha elegida por Mola para que diese comienzo la sublevación en la guarnición
de Melilla y efectivamente así fue. Los diarios de la tarde ya informaban de la
sublevación, sin embargo el jefe de Gobierno no sólo no hacia nada, si no que
declaraba a los periodistas que se marchaba a dormir. A la mañana siguiente se
encontraba con una sublevación que se extendía lo que le llevó a presentar su
dimisión.
En general se puede trazar una
seria de similitudes entre las guarniciones sublevadas.
En primer lugar tendríamos
aquellas donde el triunfo fue rápido y casi sin oposición. La sublevación
triunfaba tanto en la capital como en la provincia y las autoridades
republicanas eran detenidas. Serían los casos de Mola en Navarra, él cual
dispuso además de la ayuda de voluntarios tanto requetés como falangistas o de
las guarniciones de Burgos, León o Valladolid. En general se trataría del
tercio norte peninsular a excepción de la cornisa Cantábrica.
El segundo modelo sería aquel en
que la guarnición conseguía asegurar la capital pero se encontraba con que la
provincia se inclinaba de lado republicano. Casos significativos serían los de
las capitales andaluzas como Sevilla, Córdoba, Granada, pero especialmente de
las guarniciones de Toledo y Oviedo que debieron resistir hasta la llegada de
refuerzos, cosa que no sucedería hasta los meses de septiembre y octubre.
El tercer grupo serían aquellas
capitales en las que fracasó el golpe: En Madrid Fanjul se refugiaba en el
Cuartel de la Montaña que posteriormente fue asaltado. En Barcelona el generalGoded se encontraba con una capital totalmente en manos republicanas. Lo mismo
pasaba en Málaga, Bilbao o Valencia.
4.- Desarrollo de la guerra
1.- La guerra de columnas
(julio-noviembre 1936)
En la zona Norte las columnas de
Mola consiguieron asegurar el frente en la zona centro, Somosierra,
Navacerrada, Alto del León. Además se
conseguía ocupar San Sebastián e Irún. Desde Cataluña y con dirección a
Zaragoza o Huesca salían las principales columnas republicanas.
En la zona Centro cabría destacar
las columnas republicanas que saliendo de Madrid fijaban un frente discontinuo
en la zona Norte de la región así como la zona de Sigüenza en Guadalajara. La
llamada columna Miaja que desde la zona de Levante y Albacete actuaría en la
zona del Guadalquivir.
Sin embargo no cabe duda que el
escenario principal se desarrollo en la zona del Estrecho y Extremadura. El
grueso de las tropas sublevadas se encontraban en Marruecos y el paso del
estrecho de Gibraltar no parecía posible. Como resultado de las gestiones
realizadas por enviados de Franco, apenas unos días después del alzamiento
Italia y Alemania enviaban aviones de transporte. Con ellos se iba a producir
el primer transporte de tropas de la historia. Se enviaron refuerzos, regulares
y legionarios a Sevilla, Cádiz o Huelva. Sin embargo aunque importante este
transporte no fue determinante. Al final el paso se tuvo que realizar del modo
tradicional, esto es en barco.
Se avanzó ocupando Mérida,
Badajoz, donde la represión fue durísima, posteriormente cabe destacar la toma
de Talavera de la Reina y la liberación del Alcazar de Toledo (Moscardó) A
finales del mes de octubre se producía la batalla de Seseña y en noviembre las
tropas del general Varela llegaban a las inmediaciones de la capital.
2.- La lucha en torno a Madrid y la toma de Málaga (noviembre 1936-marzo 1937)
El primer intento sobre la
capital consistió en un ataque frontal. Las columnas de Varela deberían avanzar
sobre la capital desde la carretera de Toledo, sin embargo este primer asalto
resultó un fracaso y el frente quedó más o menos estabilizado desde Basurero en
el Sur hasta la ciudad universitaria, siguiendo aproximadamente la línea del
río Manzanares.
Se planteó un ataque de flanco
para mejorar esa situación. Será la conocida como batalla de la carretera de La
Coruña donde las tropas nacionales ocuparán la zona entre Las Rozas y Pozuelo
pero quedando nuevamente detenidas frente a la ciudad universitaria.
El tercer intento de ataque a la
ciudad fue un ataque de flanco con la intención no ya de ocupar la ciudad si no
de aislarla del resto de la zona republicana. La batalla del Jarama supondrá un
nuevo revés para las tropas nacionales, ya que pese a la ganancia de terreno y
a conseguir tener batida la carretera de Valencia la ciudad no fue rodeada ni
embolsada.
El último intento sobre Madrid
será la batalla de Guadalajara. En esta ocasión serán las tropas italianas del
CTV, que venían de capturar Málaga, las que intentarán embolsar la ciudad. El
resultado fue un rotundo fracaso. Después de un rápido avance por parte
italiana el posterior contra ataque republicano no sólo llevo al CTV a sus
posiciones iniciales, si no que además consiguió un enorme éxito tanto
propagandístico como de material capturado.
Viendo entonces que la
posibilidad de asalto o conquista de la capital no era factible Franco decidió
variar el escenario principal de las operaciones.
3.- La campaña del Norte y las batallas de Brunete y Belchite (marzo-noviembre 1937)
Durante las primeras fases de la
ofensiva se produjo el bombardeo de la ciudad de Guernica por parte de la
aviación alemana de la Legión Cóndor. Lo cierto es que el pánico producido por
la casi destrucción de la ciudad influyó de forma significativa en la falta de
resistencia de la ciudad de Bilbao, pese al Cinturón de Hierro. Una vez ocupada
toda la provincia las tropas del PNV llegaron a un acuerdo a través de la diplomacia
vaticana para rendirse a los italianos, será el acuerdo de Santoña, el cual
Franco se negó a reconocer. Posteriormente se produciría la caída de Santander
y finalmente la eliminación de todo el frente Norte.
Por su parte el mando republicano
realizaba dos ofensivas encaminadas tanto a aligerar la presión sobre el frente
norte como a recuperar posiciones en la zona central.
La primera de ellas fue la
ofensiva de Brunete después de la caída de Bilbao. Pretendía dicha ofensiva
llegar hasta Navalcarnero en la carretera de Extremadura. De esa forma se
conseguiría eliminar la presión sobre Madrid, ciudad que era frente de guerra
desde noviembre de 1936. Tras un primer avance bastante rápido de las tropas
republicanas el posterior contra ataque nacional hacía que las posiciones
volviesen al punto de partida.
La otra ofensiva fue la de
Belchite, donde las tropas republicanas intentaron un movimiento de flanco que
les permitiese ocupar bien Teruel o especialmente Zaragoza. Finalmente nada se
consiguió, ya que el frente apenas se vio modificado.
4.- La campaña de Teruel y lallegada al Mediterráneo (diciembre 1937-junio 1938)
La ofensiva republicana sobre
Teruel fue un éxito y el Ejército nacional desencadenó una contra ofensiva en
Teruel, siendo recuperada. Posteriormente una ofensiva general en el frente de
Aragón conseguía la victoria de Alfambra, ocupar el Maestrazgo y lo que todavía
era peor, llegar al Mediterráneo en Vinaroz, dividiendo así la zona republicana
en dos. Además se conseguía ocupar la ciudad de Lérida y por tanto hacer las
posiciones en el frente de Aragón mucho más cómodas para los nacionales.
El Estado Mayor republicano
planteó entonces la principal ofensiva de toda la guerra. El cruce del Ebro en
la zona de Gandesa. El paso del Ebro si bien fue bastante rápido ni siquiera
consiguió un objetivo tan limitado como ocupar Gandesa. La reacción nacional
fue muy rápida y además hay que tener en cuenta que en esta época la
superioridad aérea nacional era cada vez mayor.
A Franco se le planteaban dos
opciones. O bien una movimiento de flanco, tal vez partiendo de Lérida, para
aislar totalmente al ejército de Cataluña o bien el enfrentamiento directo y la
guerra de desgaste. Se optó por lo segundo probablemente por dos
consideraciones. En primer lugar un movimiento cercano a la frontera francesa
en un momento de máxima tensión por la crisis de los Sujetes fuese visto como
una amenaza por Francia. En segundo lugar, Franco como casi todos los oficiales
españoles del momento habían crecido con las doctrinas francesas de la primera
guerra mundial, es decir guerra de desgaste y punto débil del enemigo.
El resultado de este verdadero
“choque de carneros” fue la costosísima victoria nacional, en una batalla que
como aquellas de la primera guerra mundial en Francia se decidió después de
varios meses y donde las unidades soportaban pérdidas de hasta el 80%. Pero si
costosa fue la victoria nacional perores resultados tuvo en el bando
republicano. Se puede decir que la moral del Ejército Popular en Cataluña se
hundió.
En la posterior ofensiva sobre
Cataluña la resistencia como tal no existió y aquellas unidades que decidieron
y continuaron resistiendo apenas tenían coordinación con otras. Barcelona fue
ocupada sin resistencia de ningún tipo.
6.- El final de la guerra. (febrero 1939-abril1939)
En la Junta de defensa de Madrid
su comandante el coronel Casado, destacados líderes socialistas como Julián
Besteiro y hasta anarquistas como Cipriano Mera veían cada vez peor la
influencia del PCE y de la URSS en el Gobierno. Además consideraban que
continuar con la guerra lo único que provocaría sería un mayor sufrimiento y
una mayor represión final.
Por todo ello en el mes de marzo
se produjo un golpe de Estado en Madrid. Tras varios días de lucha entre casadistas
y comunistas los primeros se hacían con el control de la capital y en un
dramático comunicado por radio Besteiro llamaba al fin de la guerra. El intento
de negociar algún acuerdo con los nacionales fue un fracaso. Casado marchó al
exilio al igual que Negrín y cuanto republicano pudiese. Los puertos de
Almería, Cartagena, Alicante y Valencia vieron partir cualquier tipo de
embarcación atestada de refugiados republicanos rumbo principalmente a Argelia.
En la ofensiva de la victoria las
tropas nacionales se dedicaron a ocupar lo más rápidamente posible las últimas
capitales en manos republicanas, especialmente Madrid, donde las tropas del
Ejército Popular cuando no se rendían principalmente abandonaban su unidad y
equipo para dirigirse a sus casas. El 1º de abril de 1939 tras casi tres años
de infernales combates terminaba la Guerra Civil. Tan solo cinco meses después
comenzaba la Segunda Guerra Mundial donde los españoles participarán de forma
destacada en ambos bandos.
EVOLUCIÓN POLÍTICA EN EL BANDO NACIONAL
Cuando se planteó y organizó el
golpe de Estado se acordó que la jefatura y dirección del mismo correspondiese
al general Sanjurjo, que en ese momento estaba exiliado a consecuencia de su
anterior intento de golpe en 1932. Sin embargo, el día 20 de julio moría en
accidente aéreo nada más despegar su avión desde Lisboa. Se producía así un
“vacío de poder” entre los sublevados.
Durante los primeros días el
sistema que se empleó fue el de bandos que cada uno de los generales sublevados
proclamaba en sus zonas de influencia Mola en el Norte, Queipo en Andalucía o
Franco en Marruecos. Sin embargo para unificar y tratar de coordinarles a todos
ellos se eligió el 24 de julio al general Cabanellas, el de mayor antigüedad,
para que presidiese una Junta de Defensa Nacional con sede en Burgos.
Esta Junta estaría asesorada por
una serie de comités que tomaron las primeras decisiones. Se restableció la
bandera roja y gualda, se proclamó el estado de guerra a todo el territorio
nacional, además se promulgó la ley marcial y finalmente se sustituyeron a las
autoridades civiles por militares.
En el capítulo meramente político
se eliminaron los derechos de reunión y manifestación, se estableció la censura
de prensa y se ilegalizaron todos los partidos y sindicatos del Frente Popular
siendo todos sus bienes incautados. Pero es que además los mismos partidos que
se habían sumado al golpe cuando no lo habían propiciado vieron sus derechos
muy limitados, caso de la CEDA. Solamente la Falange y los Requetés mantuvieron
cierto margen de acción, viendo reconocidos sus símbolos que eran los únicos
permitidos a parte de los de carácter militar. Se puede concluir que durante el
verano de 1936 en el bando nacional se pasó a un régimen de carácter militar.
El cambio fundamental se produjo
el 1º de octubre de 1936. En ese día varios de los más destacados de los
generales sublevados se reunían en una pequeña caseta de un aeropuerto a las
afueras de Salamanca. En esta reunión se otorgaba a Franco el mando de las
operaciones, nombrándole generalísimo de los Ejércitos, además de jefe del
Gobierno y jefe del Estado.
A nivel económico se hizo claro
desde el principio la reorganización de toda la producción dentro de la zona
controlada por los nacionales para contribuir al esfuerzo de guerra. Un ejemplo
de todo esto sería la ley de 23 de agosto de 1937 por la que se creaba el
Servicio Nacional del Trigo. En el capítulo financiero el dirigismo, anticipo
de la autarquía, marcó la línea fundamental de actuación del nuevo estado.
El 19 de abril de 1937 se aprobó
el Decreto de Unificación, por el cual se creaba un único partido político
legal y autorizado en el bando nacional, Falange Española Tradicionalista y de
las JONS. El nuevo partido quedaba bajo el mando directo de “el caudillo”, se
establecía una Junta Política y un Consejo Nacional cuyas funciones serían
meramente consultivas, es decir, se reproducía el modelo de Partido Fascista
italiano. Además la decisión integraba dentro del mismo partido a grupos de
ideología muy diversa lo que provocaría graves y grandes tensiones
especialmente entre falangistas y tradicionalistas.
Las leyes que se fueron tomando
iban encaminadas a la desaparición de las libertades y la centralización del
poder.
La principal de ellas sería El
Fuero del Trabajo, entrando en vigor el 9 de marzo de 1938. Realmente se trata
de una adaptación de la Carta dei Lavoro italiana con retoque por parte de la
falange. De esta forma se regulaban las relaciones laborales y se creaban
Magistraturas de Trabajo para solucionas los conflictos laborales.
En 1938 se aprueba la nueva Ley
de Prensa que ratifica la censura previa. Además, se producen dos creaciones
periodísticas durante la contienda que tienen una importante repercusión
posterior: la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda (1937), Radio Nacional
de España (1937), en la que colaboraron activamente los alemanes e italianos, y
la Agencia Efe (1939).
En el campo religioso la unidad
entre el nuevo Estado y la Iglesia católica fue cada vez mayor. Se declaró como
única confesión tolerada la Católica, se reestableció el presupuesto de culto y
clero, se volvió a permitir la enseñanza religiosa, se derogó la ley de
Congregaciones y regresaron los jesuitas, se eximió a la Iglesia del pago de
impuestos y se eliminó el matrimonio civil y por supuesto el divorcio.
Realmente en este apartado y tras la pastoral de 1937 de apoyo a los sublevados
se puede hablar de un nacional-catolicismo y de un total apoyo de la jerarquía
eclesiástica al bando nacional.
La última de las leyes aprobada
fue la Ley de responsabilidades políticas, en febrero de 1939. Que permitía
juzgar por rebelión armada a todos los republicanos, así como la ilegalización
de los partidos del Frente Popular.
EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL BANDO REPUBLICANO
El 18 de julio dimitió el jefe de
Gobierno Santiago Casares Quiroga y fue sustituido por Diego Martínez Barrio
quien forma un ejecutivo que no llega a tomar posesión. Realmente su función
consistió en contactar con el general Mola en Pamplona y tratar de llegar a
algún tipo de arreglo. Ante la negativa de este último Martínez Barrio dimite
siendo sustituido el 19 de julio por José Giral, también de Izquierda
Republicana como Azaña.
La situación que encuentra Giral
es demoledora. La red de gobernadores civiles y militares se encuentra
desbordada y no se sabe quien es de confianza con lo que el Gobierno se ve
incapacitado para impartir órdenes o realizar sus funciones. Realmente el poder
a nivel provincial o local se encontraba en manos de comités revolucionarios organizados
por los partidos y sindicatos, como los casos de Madrid, Valencia o Barcelona.
Las primeras medidas del Gobierno
republicano estuvieron limitadas por la existencia de numerosos comités de
partidos que escapaban a su mando cuando no se oponían a los decretos del
Gobierno. En la práctica transportes, comunicaciones, empresas, servicios
públicos, talleres y especialmente seguridad y milicias se encontraban en manos
de partidos y sindicatos. Incluso lugares como hoteles, peluquerías, y
restaurantes fueron colectivizados y manejados por sus propios trabajadores.
El 2 de agosto se publico un
decreto por el que el Gobierno se incautaba de todas las empresas, inmovilizaba
cuentas corrientes y depósitos y se prohibía la transmisión de bienes
inmuebles. Evidentemente también fueron incautadas todas las propiedades de la
Iglesia. Las tensiones internas no se hicieron esperar, además las continuas
derrotas militares durante el verano lastraron la labor del Gobierno cada vez
más incapaz de controlar la situación.
Ante estas circunstancial Giral
dimite el 4 de septiembre siendo sustituido por Francisco Largo Caballero. El
nuevo Gobierno será de unidad, estando representados todos los partidos y
sindicatos que permanecen fieles a la República, contando además con el apoyo
explícito de la CNT. Las principales tareas del nuevo Gobierno fueron las de
recuperar su poder tanto político como económico y hacer frente a la ofensiva
nacional creando un verdadero ejército. Otra de las grandes decisiones del
Gobierno fue la aprobación del estatuto de autonomía del País Vasco el 1 de
octubre de 1936, siendo su primer Lehendakari el peneuvista José Antonio Aguirre.
A primeros de noviembre se
producía un hecho histórico sin precedentes al incorporarse cuatro dirigentes anarquistas
al Gobierno, además por vez primera en la historia una mujer ocupaba un
ministerio, en este caso la anarquista Federica Montseny se hacía cargo del
Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.
Una polémica decisión fue el
traslado el 7 de noviembre de 1936 del Gobierno de Madrid a Valencia ante la
cercanía de las columnas del general Varela, creando para la defensa de la
capital una Junta de Defensa que asumió todas las responsabilidades en la
organización de la defensa y la vida cotidiana. La tensión aumento en el bando
republicano entre Gobierno y PCE, por un lado, y anarquistas y trosquistas por
otro.
La tensión estalló el 3 mayo de
1937 en Barcelona. El Gobierno de la Generalitat, presidido por Lluis Companys,
decidió eliminar los comités de vigilancia y centralizar la dirección de orden
público. El intento del responsable de asuntos interiores en el gobierno
autonómico, Artemio Ayguadé de tomar la Telefónica produjo un tiroteo con los
anarquistas que la ocupaban desde julio del año anterior. Durante cinco días
anarquistas y trotskistas del POUM se enfrentaron a comunistas y fuerzas del
orden, siendo los primeros derrotados. Las consecuencias no se hicieron
esperar. La insurrección fue esgrimida por el PCE contra el POUM para acusarles
de fascistas y quintacolumnistas, exigiendo su ilegalización. Además del cierre
de sus órganos de prensa y disolución de sus milicias. Ante la negativa de
Largo Caballero los ministros comunistas presentaron su dimisión provocando una
crisis que llevan al presidente a presentar su dimisión el 15 de mayo.
No se sabe a ciencia cierta cual
fue la razón por la que fue elegido para el nuevo Gobierno Juan Negrín López y
no Indalecio Prieto, que era el esperado por la opinión publica. Lo cierto es
que en el nuevo Gobierno no habría representación ni de la UGT ni de la CNT.
Además una de las primeras medidas tomadas fue la ilegalización del POUM el 15
de junio de ese mismo año, siendo detenidos sus dirigente. Cabe reseñar
especialmente la detención de Andréu Nin que moriría asesinado por la GPU
soviética en Alcalá de Henares el 20 de junio.
Negrín será el jefe de Gobierno
hasta el final de la guerra contando cada vez más con el apoyo del PCE,
sectores del socialismo y aunque a regañadientes con el de la CNT. La posterior
ofensiva sobre Cataluña y el exilio del Gobierno con su presidente a la cabeza,
de toda la Generalitat y hasta del presidente de la República Manuel Azaña no
hacían presagiar más que el fin de la lucha. Negrín regresaría a España el 9
febrero de 1939 pero tan sólo para ser testigo del fin de la República.
Dispuesto a poner en práctica su
plan de continuar la guerra. El 21 de febrero se entrevista en Madrid con el
coronel Casado. Cuando sabe de la renuncia de Azaña, el presidente de las
Cortes, Martínez Barrio, comunica a Negrín que estaría dispuesto a sustituirle
si el jefe de Gobierno emprende una política encaminada hacia una paz inmediata
y honrosa. Pero no hubo contestación puesto que de inmediato surgieron los
sucesos derivados de la conspiración dirigida por Segismundo Casado. Casado
define el Gobierno de Negrín como “una dictadura... Al servicio de una potencia
extranjera”. En la entrevista con Negrín en Madrid, Casado le dice que es
imposible seguir la guerra. Casado había suspendido en Madrid la publicación de
Mundo Obrero por un ataque a Largo Caballero. La guerra entre Casado y los
comunistas estaba servida. En la reunión
del aeródromo de los Llanos, en Albacete, entre Negrín y los principales
jefes militares, según Casado todos los jefes militares estaban de acuerdo en
que la guerra no debía continuar.
El día 5 Casado y sus tropas
toman los principales edificios oficiales de Madrid y se constituye el Consejo
Nacional de Defensa. Besteiro, la mas importante personalidad política sumada a
la conjura, acusa a Negrín de fanatismo pedía la obediencia al Consejo. En los
días siguientes se producen enfrentamientos en Madrid entre unidades comunistas
y las de Casado y el anarquista Cipriano Mera, que acabo con la derrota de los
comunistas. El consejo quedo instalado y se disponía a emprender negociaciones
de paz con Franco.
Cuando Negrín que estaba en Elda,
se enteró de lo ocurrido en Madrid, destituyó a Casado e intentó detener su
acción. Al no conseguirlo, Negrín, sus ministros y algún mando comunista
abandonan el país en avión.
El 28 de marzo las tropas de
Franco entrarían en Madrid, el 31 Alicante seria ocupado y el 1 de abril la
guerra terminó y la Republicana dejaba de existir.