Carlos V (1516-1556): Política Exterior: El Imperio: El conflicto de mayor trascendencia fue el causado por el apoyo de parte de los príncipes alemanes a las posiciones de Lutero (protestantismo) y su enfrentamiento a la autoridad política del emperador. Carlos V mantuvo, en principio, una actitud conciliadora, pero el acuerdo con los príncipes alemanes fue imposible convocando varias Dietas. Incluso se abrió un concilio en Trento en 1545. Sin embargo ello no impidió una serie de largas guerras de religión. A pesar de lo éxitos iniciales (Mülhberg, 1547) el emperador tuvo que aceptar finalmente, en la Paz de Augsburgo en 1555, la igualdad del catolicismo y el protestantismo y la libertad religiosa de los Estados Alemanes. Italia: se enfrentó a la Francia de Francisco I, con el que sostuvo varias guerras por el control del ducado de Milán. Francisco I fue vencido y capturado en la batalla de Pavía (1525) Los resultados de estas guerras fueron victoriosas para Carlos V. Por otro lado, mantuvo una serie de guerras contra los turcos, que amenazaban la zona del Danubio y el Mediterráneo. Para impedir su expansión, Carlos I decidió ocupar Túnez en 1535, aunque al final la situación quedó en tablas. Política interior: La revuelta de las Comunidades surgió en varias ciudades de Castilla (Toledo, Segovia, Ávila y Burgos) como protesta de los hidalgos, artesanos y comerciantes por la política económica y la falta de respeto a las leyes del reino. El ejército comunero fue derrotado por las tropas imperiales en Villalar en 1521. Las Germanías estallaron en Valencia y Mallorca. Apelaron al rey para que los defendiese, pero Carlos I se alió con la nobleza derrotando a los sublevados.