LAS RELACIONES INTERNACIONALES DURANTE EL PERIODO DE ENTREGUERRAS (1919-1939)





 Los esfuerzos británicos y norteamericanos permitieron establecer acuerdos entre Francia y Alemania que hacían creer en un entendimiento entre ambos países. Sin embargo, la crisis económica del 29 puso fin al periodo de posible entendimiento entre las potencias europeas.


1.-EL PROBLEMA DE LAS INDEMNIZACIONES:

La economía alemana de posguerra estuvo siempre condicionada por el pago de las reparaciones de guerra. El incumplimiento de los pagos había ocasionado la ocupación francesa del territorio del Ruhr en el año 1923. Esta situación de impago propició el comienzo de una política encabezada por Gran Bretaña y Estados Unidos, que pretendía favorecer la negociación y el acercamiento entre Francia y Alemania.
En 1924 el Plan Dawes buscó una salida a esta situación proponiendo el pago de unas anualidades más reducidas a cambio de la desocupación del Ruhr por Francia. Este hecho marca el comienzo de unas nuevas relaciones internacionales en las que primarán las negociaciones y la colaboración, lo que favoreció una mayor prosperidad económica y política y la recuperación del patrón oro como referencia monetaria.
El pago de las indemnizaciones, los préstamos y las reparaciones de guerra habían llevado a la emisión incontrolada de billetes por parte de los gobiernos europeos, lo que supuso una devaluación de la moneda.
Desde 1924, algunas monedas europeas buscarán recuperar su estabilidad volviendo a la convertibilidad de las mismas en oro o en divisas como el dólar o la libra. La misma política se manifiesta en el Tratado de Locarno (1925), que pretendía consolidar la paz entre las potencias europeas. Los acuerdos establecidos en la ciudad suiza de Locarno fueron apoyados por numerosos países, entre ellos Bélgica, Gran Bretaña, Alemania, Francia o Italia.
En ellos, Francia y Alemania reconocían mutuamente sus fronteras comunes acordadas en Versalles, llegando también a acuerdos sobre la región de Renania, que se consideró una zona desmilitarizada.

2.- ALEMANIA EN LA SOCIEDAD DE NACIONES

La entrada de Alemania en la Sociedad de Naciones muestra una nueva situación internacional: Alemania acepta el orden vigente y establecido en los tratados y Francia por fin permite su ingreso, ya que antes lo había vetado. El Pacto Briand-Kellog certifica este nuevo espíritu de distensión. Es una iniciativa de los ministros de asuntos exteriores francés (Briand) y estadounidense (Kellog).
Se trata de un tratado firmado en agosto de 1928 en el que se niega la posibilidad de un conflicto militar entre ambos países, Este ejemplo fue seguido por otros países, entre ellos Alemania.
Esta etapa de concordia internacional favoreció especialmente a Alemania, cuya situación económica mejoró gracias a los acuerdos que flexibilizaban el pago de las reparaciones y a la ayuda que se le prestó mediante la inversión de capitales extranjeros.
La firma del Plan Young en 1929 ratificaba estas circunstancias. La crisis económica del 29 y las repercusiones que tuvo para la República de Weimar con el ascenso del nacionalismo serán el motivo que lleve a la finalización de estos tiempos de acuerdos y negociaciones.

3.- LOS VIRAJES HACIA LA GUERRA

La vocación expansionista y militarista de los regímenes autoritarios supuso una amenaza para la estabilidad europea. Surgirán una serie de tensiones internacionales que desembocarán en el enfrentamiento armado, involucrando tanto a las potencias como a sus colonias.
La llegada al poder de Adolf Hitler variará la política exterior alemana, haciéndola más agresiva. Las potencias europeas realizarán concesiones a Alemania, en su deseo de evitar un enfrentamiento con Hitler.
Paralelamente, la Sociedad de Naciones va perdiendo su capacidad de maniobra y representatividad, ya que es incapaz de hacer frente al cambio en el panorama político europeo tras el ascenso de los fascismos.
Países con un gran protagonismo en la época (Japón, EEUU, Alemania) no formaron parte de la Sociedad o la abandonaron en estos momentos.

4.- LA EXPANSIÓN JAPONESA

Japón pretendía la expansión por la costa asiática, creando asía bajo su influencia la “Gran Asia Oriental”. En el año 1931 invade Manchurria, convirtiéndolo en un estado dependiente de Japón que sería el puente para desarrollar su expansión continental. La condena de estos hechos por la Sociedad de Naciones hizo que Japón la abandonase.
En China hasta 1937 tuvo lugar una guerra civil que enfrentó a nacionalistas (Chiang Kai-shek) y comunistas (Mao), y en la que los comunistas saldrían vencedores. La guerra civil fue paralizada en 1937, año en que comenzó la guerra chino-japonesa.
China no pudo recuperar Mongolia que se proclamó país independiente, debido a la presencia de tropas soviéticas. En 1939 se produjo la batalla de Nomonhan donde los soviéticos derrotaron a los japoneses. Japón, al no poder extenderse por el norte, buscarán una expansión por el sur hacia las colonias de las potencias europeas. Esto dará lugar al enfrentamiento con USA y el bombardeo de Pearl Harbour en 1941.

5.- EL PROBLEMA DE ABISINIA

Abisinia, actual Etiopía, tenía importancia estratégica para controlar el tráfico por el canal de Suez y el Nilo.
Los deseos de control italianos chocaron con la negativa británica, que veía perjudicados sus intereses. La ocupación italiana de Abisinia, en 1935, hizo evolucionar las relaciones internacionales: por un lado la tensión entre británicos e italianos hace que estos últimos se alejen de británicos y franceses, acercándose a Alemania como único aliado, que también quería ampliar sus territorios; por otro, se mostró la clara debilidad de la Sociedad de Naciones, incapaz de frenar la agresión italiana.

6.- LOS POTENCIAS ANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

El estallido de la Guerra Civil española (1936-1939) obligó a las potencias a definirse y adoptar una actitud ante los dos bandos enfrentados. Mussolini y Hitler ayudaron a los militares sublevados encabezados por el general Franco. La URSS apoyó al gobierno republicano. Sin embargo, las potencias democráticas, aunque reconocían al Gobierno republicano, adoptaron una actitud de no intervención.

7.- EL CAMINO HACIA LA GUERRA (1931-1939)

La depresión económica iniciada en 1929 destruyó la endeble concordia internacional construida en los años anteriores y facilitó el ascenso al poder del nazismo y del militarismo japonés.
A partir de 1931 el mundo asistió a una serie de crisis internacionales que marcaron el camino hacia un conflicto general. Alemania, Japón e Italia configuraron el Eje, decidido a acabar con el status quo establecido en 1919. Las potencias democráticas desplegaron una política débil contra Hitler.
El primer ministro británico, Neville Chamberlain, llevó a cabo una política de apaciguamiento, tratando de negociar con Hitler y concederle algunas de sus demandas esperando que se conformase con esas concesiones. Esta política sólo envalentonó a Alemania.
Stalin buscó tras muchas dudas la alianza con las potencias democráticas para frenar a Hitler. La desconfianza mutua hizo fracasar este intento y el líder soviético acabó pactando con Hitler y propiciando la agresión alemana a Polonia.
En Europa, Hitler ascendió al poder en 1933, mostrando su deseo por acabar con el orden creado por el Tratado de Versalles: abandonó la Sociedad de Naciones (1933), estableció el servicio militar obligatorio (1935), remilitarizó Renania (1936) e intervino junto a Mussolini en la Guerra Civil española apoyando a Franco. Hitler y Mussolini terminarían formando el Eje Roma-Berlín en 1936, proclamando su alianza política. Poco después, Alemania firmó con Japón el Pacto Antikomintern, dirigido contra la URSS y el comunismo internacional. Italia y la España de Franco se unieron inmediatamente después.
En los años posteriores, las agresiones alemanas no encontraban una respuesta firme de las potencias democráticas. En marzo de 1938, Alemania invadió Austria. En septiembre de 1938, en la Conferencia de Munich, Francia y Gran Bretaña dieron su acuerdo a la anexión germana de la región checoslovaca de los Sudetes.
En marzo de 1939, incumpliendo lo acordado en Munich, Hitler invadió Checoslovaquia, haciéndose evidente el fracaso de la política de conciliación con Hitler. Francia y Gran Bretaña proclamaron que no permitirán ninguna nueva anexión alemana.
La última incorporación alemana fue la región lituana de Memel en 1939.
Finalmente Hitler reivindicó el puerto de Danzig. En agosto de 1939 se firmó el Pacto de No Agresión germano-soviético. Stalin y Hitler acordaron secretamente el reparto de Polonia y la anexión soviética de las repúblicas bálticas.
El 1 de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia, lo que precipitó la entrada en la guerra de Gran Bretaña y Francia. La Segunda Guerra Mundial había comenzado. En Asia, Japón controlaba una parte importante de China y planeaba su expansión en el Extremo Oriente. Mientras, la URSS y EEUU continuaban manteniendo una posición de neutralidad. El expansionismo alemán y japonés terminó por implicarles en la guerra.