LA RESTAURACIÓN (1874-1902)

Alfonso XII y el sistema político de la Restauración (1874 – 1885) : El rey ratifica a Cánovas como presidente de un nuevo gobierno. Este comienza buscando pacificar el país, poniendo fin a la guerra carlista y a la guerra de Cuba, redactando, con carácter moderado, la Constitución de 1876, que reconoce la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes, división entre Congreso y Senado y la confesionalidad católica del Estado, permitiendo la libertad de cultos en el ámbito privado. En la constitución diseñada por Cánovas, el rey desempeñaba un papel esencial en la vida política, ya que decidía los cambios de gobierno y posibilitaba el turno pacífico entre el partido conservador de Cánovas y el partido liberal de Sagasta. Para consolidar la alternancia se recurría al fraude electoral. Los partidos se ponían de acuerdo respecto al resultado electoral y a la distribución de los escaños, recurriendo a los caciques para amañar las elecciones mediante la compra de votos y la coacción (Encasillado, caciquismo y pucherazo). La muerte prematura del rey Alfonso XII da inicio de la regencia de María Cristina de Habsburgo. La regencia de María Cristina (1885 - 1902): La regente no tenía experiencia suficiente para tomar el poder. Cánovas y Sagasta acuerdan en el Pacto del Pardo el futuro político del país. Como resultado del acuerdo, Cánovas dimite y proponen a la regente que el turno lo tomen los liberales presididos por Sagasta. El nuevo gobierno liberal impulsó reformas democráticas, como la ley electoral de 1890 que restablecía el sufragio universal masculino. Surguieron grupos de oposición, además de los derrotados carlistas, los grupos republicanos, se sublevaron organizando desde el exilio una conspiración militar que fue rápidamente sofocada. Los grupos anarquistas pudieron actuar en la legalidad, hasta que una minoría violenta, recurrió a atentados, bombas y asesinatos. En 1897, Cánovas del Castillo es asesinado por los anarquistas. Aparecen otros grupos nuevos de oposición como el PSOE (1879) o los partidos regionalistas: catalanes, gallegos o vascos. La Guerra de Cuba y Filipinas: En 1868, los autonomistas se sublevan dando comienzo a la guerra de los 10 años. En 1878, el general Martínez Campos firma la Paz de Zajón, donde indulta a los rebeldes y acuerda cierta autonomía para Cuba. Sin embargo cuando el Gobierno presentó un estatuto de autonomía a las Cortes estas lo rechazaron. Los exiliados cubanos fundaron el PRC en 1895, liderados por José Martí, comenzando ese año una nueva sublevación. La situación de represión en las colonias españolas fue utilizada por los Estados Unidos y su presidente McKinley, para conseguir la cesión de las mismas. España no aceptó las exigencias de EEUU e impulsó una política de apaciguamiento en las colonias, que consistió en destituir al general Weyler de la Capitanía General, declarar una amnistía para los presos políticos y publicar un decreto de autonomía. En 1898, el acorazado Maine se hundió en el puerto de la Habana por una explosión. EEUU culpa a los españoles y declara la guerra. Tras las derrotas española en Cavite, las Lomas de San Juan y Santiago se firma la paz de París de 1898 que certifican la pérdida de todos los territorios en las Antillas y en el Pacífico.