La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III.

El reinado de Carlos III (1759-1788) responde esencialmente al modelo del despotismo ilustrado “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Se aplicó por parte de un reducido número de políticos un programa de modernización: repoblación de territorios, mejora de las comunicaciones, cambios en el sistema universitario, mejoras higiénicas, reforma de la agricultura, liberalización del comercio interior y con América, etc. Los cambios tuvieron una repercusión especial en Madrid, la cual por su papel de capital y sede de la corte tenía que convertirse en el centro y escaparate de la nueva política. Se acometieron obras como la Puerta de Alcalá, el eje Cibeles-Neptuno o el futuro Museo del Prado y el Observatorio astronómico (Juan de Villanueva).

Se formaron por todo el país Sociedades Económicas de Amigos del País, centros de desarrollo cultural y económico, pero cuyo máximo interés se centraba especialmente en todo lo que podía contribuir al desarrollo económico del país. La primera de ellas fue la Sociedad Bascongada (Guipúzcoa 1763) En 1775 se fundó en Madrid la Sociedad Matritense, que contó con el apoyo de Carlos II y Campomanes.

Las reformas propuestas contaron en numerosas ocasiones con la oposición de algunos sectores privilegiados y la incomprensión del pueblo. Ejemplo de ello es el motín de Esquilache (marzo 1766) que estalló en la capital por la oposición popular a las reformas, prohibición del uso del sobrero chambergo y la capa larga. El descontento realmente provenía del alza de los precios del trigo por las medidas liberalizadoras del año anterior y fue promovida por los enemigos políticos de Esquilache.

El programa político ilustrado se basaba en tres reformas. La del sistema fiscal, con la uniformización de los impuestos. La de la agricultura, con la elaboración de una ley agraria. Y la de la enseñanza superior, donde la Iglesia ejercía el monopolio.

El sistema fiscal presentaba una preocupante escasez de recursos, debido a la diversidad de impuestos, la existencia de numerosos privilegios y la escasa recaudación. Tras el éxito de los catastros en la Corona de Aragón (Talla o única contribución) se intentó extender a la Corona de Castilla. El marqués de la Ensenada, secretario de Hacienda de Fernando VI, ordenó la realización de un catastro en 1750. Sin embargo, su aprobación no se produjo por la oposición de los grupos privilegiados, dimitiendo el secretario en 1754. Carlos III intentó poner en práctica el proyecto pero la multitud de recursos y la fuerte oposición obligaron a abandonar la reforma fiscal.

La Hacienda pública seguía siendo deficitaria y para aumentar los ingresos se recurrió a los sistemas tradicionales. Se crearon nuevos monopolios y Compañías privilegiadas, se recurrió a los estancos, como el del mercurio, tabaco o sal, y se procedió a la emisión de deuda pública (vales reales) creándose en 1782 el Banco de San Carlos, precedente del actual Banco de España. Además en 1763 se introdujo la lotería.

Se repoblaron zonas deshabitadas y no cultivadas. De ese modo se favorecía el crecimiento de la producción agrícola y el aumento de población, que para los ilustrados eran las bases de la riqueza del país. Destaca Pablo de Olavide, intendente de Sevilla, el cual propició la creación de pueblos con campesinos de procedencia polaca o alemana (La Carolina)
En el último tercio del siglo XVIII se llevaron a cabo diversas medidas liberalizadoras de la economía:

En 1765 se decreto la libertad de precios y circulación para los cereales, provocando el motín de Esquilache al año siguiente. En 1778 se aprobaba la libertad de comercio con la Indias para todos los puertos españoles, previamente se había trasladado la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz y luego se permitió a varios puertos el libre comercio.
En 1783 se declaró la honradez de todas las profesiones.
En 1790 se dio libertad para ejercer cualquier oficio sin tener que pasar el examen del gremio, previamente se había suprimido el sistema de control de los gremios sobre los métodos y técnicas de fabricación.

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