El incendio del Reichstag o Parlamento alemán una gélida noche del 27 de febrero de 1933 pertenece a esa serie de hechos históricos, como el asesinato de John F. Kennedy, que durante décadas han generado innumerables teorías conspirativas.
Y tras el misterio de la quema total de la Cámara de Diputados en tan sólo 25 minutos se han barajado como autores interesados al Partido Comunista Alemán (KPD) y al entonces gubernamental Partido Nacionalsocialista (NSDAP). El voluminoso informe policial de 50.494 páginas establece, por su parte, que el albañil en paro holandés Marinus van der Lube, de filiación comunista, actuó solo.
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