La Segunda Guerra Mundial (I): Los virajes hacia la guerra. Las relaciones internacionales (1929-1939)



LOS VIRAJES HACIA LA GUERRA: LAS RELACIONES INTERNACIONALES (1929-1939)

La vocación expansionista y militarista de los regímenes autoritarios supuso una amenaza para la estabilidad europea. Surgirán una serie de tensiones internacionales que desembocarán en el enfrentamiento armado, involucrando tanto a las potencias como a sus colonias. La llegada al poder de Adolf Hitler variará la política exterior alemana, haciéndola más agresiva. Las potencias europeas realizarán concesiones a Alemania, en su deseo de evitar un enfrentamiento con Hitler. Paralelamente, la Sociedad de Naciones va perdiendo su capacidad de maniobra y representatividad, ya que es incapaz de hacer frente al cambio en el panorama político europeo tras el ascenso de los fascismos. Países con un gran protagonismo en la época (Japón, EEUU, Alemania) no formaron parte de la Sociedad o la abandonaron en estos momentos.

LA EXPANSIÓN JAPONESA

Japón pretendía la expansión por la costa asiática, creando asía bajo su influencia la “Gran Asia Oriental”. En el año 1931 invade Manchurria, convirtiéndolo en un estado dependiente de Japón que sería el puente para desarrollar su expansión continental. La condena de estos hechos por la Sociedad de Naciones hizo que Japón la abandonase.

En China hasta 1937 tuvo lugar una guerra civil que enfrentó a nacionalistas (Chang) y comunistas (Mao), y en la que Mao saldría vencedor. La guerra civil fue paralizada en 1937, año en que comenzó la guerra chino-japonesa. China no podía ocupar Mongolia (país independiente) debido a la presencia de tropas soviéticas. Tuvo lugar un enfrentamiento entre soviéticos y japoneses en el que vencieron los soviéticos. Los japoneses, al no poder extenderse por el norte, buscarán una expansión por el sur, oucpado por Estados Unidos. Esto dará lugar al bombardeo de Pearl Harbour en 1941.

EL PROBLEMA DE ABISINIA

Abisinia, actual Etiopía, tenía importancia estratégica para controlar el tráfico por el canal de Suez y el Nilo. Los deseos de control italianos chocaron con la negativa británica, que veía perjudicados sus intereses. La ocupación italiana de Abisinia hizo evolucionar las relaciones internacionales: por un lado la tensión entre británicos e italianos hace que estos últimos se alejen de británicos y franceses, acercándose a Alemania como único aliado, que también quería ampliar sus territorios; por otro se mostró la clara debilidad de la Sociedad de Naciones, incapaz de frenar la agresión italiana.

LOS POTENCIAS ANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

En julio de 1936 tuvo lugar un golpe de Estado en España, tras el que se formarán dos bandos: nacionales y republicanos. El estallido de la Guerra Civil española (1936-1939) obligó a las potencias a definirse y adoptar una actitud ante los dos bandos enfrentados. Fue evidente el apoyo de Mussolini y Hitler a los militares sublevados encabezados por el general Franco. La URSS apoyó al gobierno republicano. Sin embargo, las potencias democráticas, aunque reconocen al Gobierno republicano, adoptan una actitud de no intervención.



EL CAMINO HACIA LA GUERRA (1931-1939)

La depresión económica iniciada en 1929 destruyó la endeble concordia internacional construida en los años anteriores y facilitó el ascenso al poder del nazismo y del militarismo japonés. A partir de 1931 el mundo asistió a una serie de crisis internacionales que marcaron el camino hacia un conflicto general. Alemania, Japón e Italia configuraron el Eje, decidido a acabar con el status quo establecido en 1919. Las potencias democráticas desplegaron una política débil contra Hitler. El primer ministro británico, Neville Chamberlain, llevó a cabo la “política de apaciguamiento, tratando de negociar con Hitler y concederle algunas de sus demandas esperando que se apaciguara. Esta política sólo envalentonó a Alemania. Stalin buscó tras muchas dudas la alianza con las potencias democráticas para frenar a Hitler. La desconfianza mutua hizo fracasar este intento y el líder soviético acabó pactando con Hitler y propiciando la agresión alemana a Polonia.

En Asia, en 1931 el gobierno japonés ultranacionalista invadió la región de Manchurria y posteriormente se desencadenó la guerra chino-japonesa, que se convirtió en uno de los frentes de la Segunda Guerra Mundial. En Europa, Hitler ascendió al poder en 1933, mostrando su deseo por acabar con el orden creado por el Tratado de Versalles: abandonó la Sociedad de Naciones (1933), estableció el servicio militar obligatorio (1935), remilitarizó Renania (1936) e intervino junto a Mussolini en la Guerra Civil española apoyando a Franco. Hitler y Mussolini terminarían formando el Eje Roma-Berlín en 1936, proclamando su alianza política. Poco después, Alemania firmó con Japón el Pacto Antikomintern, dirigido contra la URSS y el comunismo internacional. Italia y la Esaña de Franco se unieron inmediatamente después.

En los años posteriores, las agresiones alemanas no encontraban una respuesta firme de las potencias democráticas.

En marzo de 1938, Alemania invadió Austria. En septiembre de 1938, en la Conferencia de Munich, Francia y Gran Bretaña dieron su acuerdo a la anexión germana de la regió checoslovaca de los Sudetes. En marzo de 1939, incumpliendo lo acordado en Munich, Hitler invadió Checoslovaquia, haciéndose evidente el fracaso de la política de conciliación con Hitler. Francia y Gran Bretaña proclamaron que no permitirán ninguna nueva anexión alemana. Hitler respondió reivindicando el puerto de Danzig y preparando la agresión a Polonia. En agosto de 1939 se firmó el Pacto de No Agresión germano-soviético. Stalin y Hitler acordaron secretamente el reparto de Polonia y la anexión soviética de las repúblicas bálticas.

El 1 de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia, lo que precipitó la entrada en la guerra de Gran Bretaña y Francia. La Segunda Guerra Mundial había comenzado. En Asia, Japón controlaba una parte importante de China y planeaba su expansión en el Extremo Oriente. Mientras, la URSS y EEUU continuaban manteniendo una posición de neutralidad. El expansionismo alemán y japonés terminó por implicarles en la guerra.