Probablemente la inmensa
mayoría de españoles responderían que el inicio del declive del
Imperio español se produjo con la derrota de Rocroi, evidentemente
me refiero a ese grupo de personas capaces de entender de qué
estamos hablando con lo que excluimos a una gran parte de
televidentes de Sálvame, Mira quien salta o Marca Gol.
Recomendaría que además antes de proseguir con la lectura de este
artículo recordásemos la escena final de la película Alatriste,
donde el último tercio de soldados españoles se dispone a morir
“con las botas puestas”, nunca mejor dicho. La conclusión es
clara, murió hasta el apuntador.
Pues desgraciadamente
lamento comunicarles que la cosa no fue del todo así, vamos que
llevamos casi cuatro siglos repitiendo una leyenda, al más claro
ejemplo de propaganda histórica, ni Goebbles lo hubiese hecho mejor.
Pongámonos en situación,
comienza la Guerra de los 30 años en 1618 y la Monarquía Hispánica
ayuda a sus primos de Viena, además, en 1621 vence la tregua de los
12 años con las Provincias Unidas. Las primeras fases de la guerra
son tan favorables a la casa de Austria que su majestad católica el
rey de Francia Luis XIII y su valido el cardenal Richelieu deciden
entrar en guerra apoyando al bando protestante. Al año siguiente
París está a punto de caer y parece que la situación terminará
con una contundente derrota francesa, en esas circunstancias accede
al trono un nuevo rey, Luis XIV, curiosamente el mismo año de 1643,
siendo además un niño. Así pues, ¿qué mejor que comenzar el
reinado con una contundente victoria? Si unimos a esto la mala
costumbre española de leer libros extranjeros despreciando los
nacionales, por supuesto que totalmente sesgados y patrioteros, no
como los de otras naciones, los únicos que dicen la verdad.
En este caso el relato
del que parte todo el caso fue redactado por unos cronistas franceses
de la época deseosos de alabar la grandeza del príncipe de Condé,
aprovecho para recomendarles la película del ahora actor ruso de
origen francés G. Depardieu Vattel. Por cierto que hasta la
frase ¡Contad los Muertos! Es falsa, ya que está tomada de un libro
publicado en 1642, un año antes de Rocroi, por un italiano al
servicio de Francia, Vittotio Siri, que describe el combate de
Avigliana de 1630.
Desgraciadamente la
realidad es bastante tozuda, por mucho que se empeñen los políticos
en afirmar que todo es discutible. Rocroi fue una victoria pírrica
de Condé que tuvo que reorganizar su ejército ese invierno como su
hubiese sido derrotado, de hecho es cierto que la ciudad fue
capturada, pero a costa de un mayor número de bajas francesas,
además ningún tercio o batallón fue aniquilado en la batalla,
es más en la campaña de 1644 el Ejército de Flandes, ese que
teóricamente había sido destruido en Rocroi presentaba un aumento
en sus tropas, incluso se permitía el lujo de enviar refuerzos a los
que peleaban en España contra los rebeldes catalanes y portugueses.
Para completar el
panorama, si la debacle en Rocroi fue de proporciones apocalípticas
¿Cómo es posible que la guerra durase 16 años más? Ya que la paz
no se firmó hasta 1659. Es más, la última gran victoria de los
tercios españoles se produjo en el año 1656 en Valenciennes, muy
cerca de París. Hasta tal punto la victoria fue de importancia que
el gobierno francés se puso en contacto con el español, entonces
presidido por el valido don Luis de Haro, solicitando condiciones de
rendición. Desgraciadamente, como suele ser habitual en este país,
algún político lumbreras presentó unas condiciones del todo
inasumibles para nuestros vecinos del Norte, la guerra siguió y la
Inglaterra del dictador Cronwell se puso del lado francés y de los
rebeldes portugueses, Barcelona hacía años que ya se había
rendido.
La pérdida consecutiva
de dos flotas de Indias, con todos sus caudales, puede indicarse como
la razón principal de la petición de paz de la Monarquía hispánica
al gobierno del valido francés, el cardenal Mazarino. Que sobre
validos ya dedicaremos unas líneas que tiene miga la cosa.
Una persona inteligente
llegaría como conclusión que a lo mejor nos han contado una
historia que en vez de ser la nuestra es de importación y
manufactura extranjera, tal vez por la costumbre de ciertos
personajes, muchos del siglo XIX y otros tantos del XX, de
menospreciar todo lo español como rancio, atrasado y patriotero,
mientras que lo de más allá de los Pirineos era la modernidad, la
luz y el futuro, vamos si es que hasta el Siglo de las Luces lo
llamamos Ilustración, termino de origen anglosajón. Por cierto que
sobre los hispanistas de origen británico ya hablaremos en mejor
momento.