El conflicto de Oriente Medio
Los orígenes del conflicto árabe-israelí
El movimiento sionista apareció a finales del S-XIX con Theodor Herzl ante las persecuciones que sufría el pueblo judío en Europa. Antes de la Primera Guerra Mundial, cuando Israel pertenecía al Imperio Turco, grupos sionistas se asentaron de manera pacífica.
El
holocausto precipitó el éxodo al territorio poblado por árabes palestinos. Tras
la Segunda Guerra Mundial, los dos pueblos se enfrentaron por el territorio. El
29 de noviembre de 1947, la ONU acordó un Plan de Partición de Palestina
dividiendo a esta en tres partes: un Estado judío, un Estado árabe y la ciudad
de Jerusalén bajo el control de la ONU.
La primera guerra árabe-israelí
El 14 de mayo de 1948, el líder israelí Ben Gurion proclamó el nacimiento del Estado de Israel en el territorio que les había sido concedido. Cuando el 15 de Mayo los británicos abandonaron la colonia, tropas egipcias, jordanas y sirias atacaron el nuevo estado.
La primera
guerra árabe-israelí (mayo 1948-junio 1949) supuso una victoria para Israel,
que se anexionó parte del territorio palestino. A su vez, la franja de Gaza
pasó a manos de Egipto y Cisjordania y Jerusalén a las de Jordania. Esto supuso
una catástrofe para los palestinos: una población sin Estado.
Las guerras árabe-israelíes (1967-1973)
Tras la crisis de Suez de 1956, Nasser y los demás países árabes reforzaron sus lazos con la URSS mientras que Israel lo hizo con EE.UU. En mayo de 1967, los egipcios bloquearon el golfo de Akaba, con lo que el 5 de junio Israel atacó a los países árabes en la Guerra de los Seis Días: ocuparon los Altos del Golán en Siria, la península del Sinaí en Egipto, y la banda de Gaza, Cisjordania y Jerusalén.
Israel
pasó de país asediado a potencia ocupante. Tras la derrota, la OLP
(Organización para la Liberación de Palestina creada en 1964) se convirtió bajó
el control de Yasser Arafat en la principal organización del pueblo palestino
que vivía bajo la ocupación israelí o refugiada en los países vecinos.
La OLP
inició la lucha armada contra Israel. Desde Jordania, los guerrilleros de Al
Fatah (simpatizante de la OLP) emprendieron ataques contra Israel, a lo que el
Tzahal (ejército israelí) respondió con represalias. Dentro de Jordania, el
poder de las organizaciones palestinas puso en peligro a la monarquía: el rey
Hussein expulsó en 1970 en el “Septiembre Negro” a los refugiados y
guerrilleros que huyeron al Líbano. En 1974 Arafat y la OLP consiguieron ser
reconocidos por la ONU.
La llegada
masiva de palestinos al Líbano hizo que en 1975 se iniciara una brutal guerra
civil. El nuevo líder egipcio Anuar el-Sadat preparó junto a Siria el ataque
contra Israel el 6 de octubre de 1973 (día de Yom Kippur): los egipcios
cruzaron el canal de Suez y los sirios los Altos del Golán.
Sin
embargo, los israelíes contraatacaron recuperando el territorio perdido. Las
dos superpotencias buscaron una solución al conflicto. El 25 de octubre de 1973
cesaron las hostilidades.
El Oriente Medio (1973-1988)
La paz entre Egipto e Israel (1979)
En 1978 Anuar el Sadat firmó con Israel los Acuerdos de Camp David que llevaron a la firma del tratado de paz entre Egipto e Israel en 1979.
La guerra del Líbano (1975-1990)
El país fue escenario de una guerra civil entre las múltiples facciones contendientes. Los palestinos asentados en el Líbano continuaron atacando Israel, con lo que este ocupó el sur del país en 1978 y bombardearon Beirut en 1982.
Los
guerrilleros de la OLP tuvieron que abandonar el país. Sin embargo, el Líbano
tardó en salir de una guerra civil que acabó con un país arruinado bajo la
hegemonía de Siria.
La revolución islámica en Irán
El régimen pro occidental del sah de Irán fue depuesto por una revolución islámica dirigida por el clero iraní. El ayatolá Jomeini, máxima autoridad del clero chiita, accedió al poder político y estableció una dictadura basada en los principios más rigurosos del Islam.
La guerra Irán-Iraq (1980-1988)
Saddam Hussein, deseoso de fortalecer la posición como potencia de Iraq, atacó a Irán en septiembre de 1980. El ataque se estancó y se inició una larga guerra que concluyó en 1988 sin que Hussein hubiese conseguido su propósito.
El mundo islámico
El mundo islámico lo forman cuarenta y seis que se extienden por África, Asia y Europa unidos únicamente por una religión común. La sociedad islámica se guía por la ley coránica, cuyas costumbres chocan con las occidentales o establece una legislación diferente.
Los
musulmanes se dividieron en dos corrientes: sunitas (el grupo mayoritario) y
los chiitas (extremistas). El concepto de árabe es cultural mientras que el de
musulmán es religioso.
Los grupos islamistas radicales y terroristas
El ataque a las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001 trajo a primer plano el islamismo radical que se había incubado debido a diversos factores: el atraso económico de los países árabes y musulmanes; la corrupción en los gobiernos; el fracaso del nacionalismo árabe personificado en Nasser; las grandes diferencias sociales; la reacción contra la vida occidental y el convencimiento de que Occidente trata con un doble rasero a árabes e israelíes.
En esta
época, los dos principales focos donde se expande el islamismo es la revolución
islámica en Irán (1979) y las guerrillas islámicas que se enfrentaron a la URSS
en Afganistán. Estos grupos sunitas, apoyados en un principio por EE.UU, dieron
lugar a una de las organizaciones terroristas más letales: de allí surgieron
los talibanes que gobernaron Afganistán; allí luchó Osama bin Laden (posterior
dirigente de Al Quaeda) y allí pelearon palestinos que propagaron el islamismo
en su país y el Magreb. Arabia Saudita y Pakistán apoyaron a versiones
extremistas del islam.
América latina desde la posguerra hasta la
década de los ochenta
En el plano económico, la aspiración al desarrollo se ha visto frustrada por la debilidad del crecimiento tras la crisis de la deuda en los años ochenta: sólo Chile tiene un balance económico satisfactorio.
La
transición política desde los regímenes oligárquicos a la democracia
parlamentaria también han sido dificultosas. En Argentina, el general Perón
(que subió al poder con el golpe de Estado de 1943) con su programa populista
consiguió el apoyo del pueblo. Depuesto por otro golpe militar en 1955, volvió
a Argentina en 1973 sin que lograse alcanzar el equilibrio (conflictos entre
grupos terroristas peronistas y marxistas).El golpe
militar de 1976 produjo una profunda represión y la derrota contra Gran Bretaña
por las islas Malvinas abrió las puertas hacia la democracia.
En Chile,
durante los mandatos del demócrata Frei (1964-1970) se pusieron en marcha
ambiciosos proyectos en sintonía con las propuestas de EE.UU. En 1970, subió al
poder la Unidad Popular, dirigida por Salvador Allende.El golpe
de Pinochet en 1973 puso fin violentamente a décadas de política parlamentaria
y se inició una transición a la democracia en 1988.
En Brasil, Getúlio Vergas
accedió al poder con un golpe de estado y llevó a cabo una política reformista
(Estado Novo).Retornó
como presidente electo entre 1950 y 1954. A su muerte, los militares tomaron el
poder hasta 1984, cuando la presión popular reforzó el inicio de la transición
democrática. En México el Partido Revolucionario Institucional (PRI) estuvo en
el poder durante décadas.