Cuatro siglos para resolver un crimen

Alrededor de 1670 algo terrible ocurrió en una granja de Leavy Neck (EEUU), algo que quedó oculto durante siglos hasta que unos arqueólogos forenses descubrieron los restos de un cadáver y sus huesos denunciaron al asesino.

El misterio del joven hallado, cubierto de basura, en el sótano de esa granja, es uno de los relatos que cuenta la exposición 'Escrito en los huesos: Archivos Forenses del siglo XVII en la Bahía de Chesapeake', que revela cómo fue la vida de los primeros colonos estadounidenses a través de sus esqueletos.

La muestra, recién inaugurada en el Museo de Historia Natural de Washington, expone la existencia dura, corta y repleta de peligros de quienes buscaron la tierra prometida, al otro lado del océano Atlántico.

En Jamestown, la primera colonia inglesa permanente, de las 104 personas que llegaron en 1607, sólo quedaban vivas nueve meses después 38, el resto había sido víctima mortal del hambre, las enfermedades y los ataques de los indios.

Eso no impidió la arribada masiva de nuevos colonos, como el joven de Leavy Neck, que es un ejemplo de lo que tuvieron que pasar muchos de ellos.

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