La crisis final del Califato (1008-1031):
Entre 1008 y 1031 una guerra civil (provocada por la auto-proclamación como califa de Abderramán Sanchuelo, hijo de Almanzor), en el transcurso de la cual se fueron sucediendo más de 15 califas. Un consejo de notables se reunió en Córdoba y se decidió la abolición del califato (Hisham III fue expulsado).
Las primeras taifas (1031- 1090)
La causa principal de la ruina del Califato fue la impotencia del poder central frente a los elementos étnicos llegados a Al-Andalus. Almanzor había conseguido controlarlos pero ni sus sucesores ni los últimos omeyas tuvieron poder suficiente.
Se crearon una multitud de pequeños estados basados en afinidades étnicas, taifas, el Califato se fragmentó en veintisiete reinos de taifas. Los más débiles fueron desapareciendo y fueron anexionados por los más poderosos.
Surgieron algunas grandes unidades territoriales: Sevilla (Almutamid), Zaragoza, Toledo, Badajoz, Denia-Baleares (eslavona)
La vida política interna taifa fue confusa y poco brillante, presentaba un conflicto perpetuo, intereses opuestos, rivalidades y enfrentamientos.
Su debilidad militar, debida a las continuas guerras con sus vecinos, les llevó a pagar parias a los distintos reinos cristianos y a la pérdida de territorios.
En mayo de 1085 el rey Alfonso VI ocupó pacíficamente Toledo. Los distintos reyes taifas encabezados por al-Mu`tamid solicitaron ayuda al sultán almorávide Yusuf Ibn Tasfin. Los almorávides eran muy diferentes de los príncipes musulmanes de Al-Andalus, practicaban un Islam muy estricto (doctrina maliki) y llevaban velo. En 1086 derrotaba a Alfonso en la batalla de Zallaqa y regresaba al Magreb.
Tras una nueva campaña frente a Aledo e indignado por el comportamiento irreligioso, corrupto e impío de los reyes taifas Yusuf regresó en 1090 para conquistar Al-Andalus. Sevilla caía en 1091, pese a la petición de ayuda de al-Mu`tamid a Alfonso VI, Badajoz 1094, Valencia en 1102, muerto ya el Cid y Zaragoza en 1110.
Las segundas Taifas (1145-1170)
El Imperio almorávide perdió su empuje inicial. Se perdió Zaragoza en 1118 y Tarragona, además Alfonso el Batallador recorría Andalucía. Pero el principal peligro provenía del Magreb donde otro pueblo, los almohades ocupaban la zona en 1143. Ante esta decadencia se produjeron una serie de revueltas y la nueva aparición de taifas, muchas de efímera duración. Además los reinos cristianos aprovechaban esta nueva debilidad musulmana para ampliar sus territorios Lérida 1149 o la breve conquista de Almería en 1147.
Los almorávides desembarcaron en Al-Andalus y lentamente sometieron a las taifas Sevilla 1147, Córdoba 1149, Badajoz 1159, Almería 1157, Murcia 1172, Santarem 1184, sobre todo la victoria de Alarcos de 1195 y la incorporación de Mallorca en 1203.
Eligieron como nueva capital Sevilla, mientras Córdoba seguía siendo el principal foco cultural.
Sin embargo en 1211 el arzobispo de Toledo conseguía del papa Inocencio III la proclamación de la Cruzada. Como consecuencia de ello se producía la victoria cristiana en Las Navas de Tolosa en 1212. Pese a que los almohades mantuvieron su poder cerca de dos decenios más se llegaría a unas terceras taifas.
Las terceras taifas (1227-1266)
En 1227 debido a una persistente sequía estallaron sublevaciones en la zona fronteriza, especialmente Murcia y Valencia. Ibn Hub, enarbolando la bandera negra de los Abassies, tomó Murcia en 1228 y en dos años se apoderaba de casi la totalidad de Al-Andalus. Sin embargo era derrotado en 1230 en Jerez por Fernando II de Castilla y en 1231 en Mérida por Alfonso XI de León.
El valle del Guadalquivir era reconquistado por Fernando III el Santo, Sevilla 1248, y Alfonso X, sometió una última sublevación en Murcia en 1266. Mientras Jaime I de Aragón ocupaba Valencia en 1238 y Biar en 1253, terminando la Reconquista en1287 con la toma de Menorca.
Solamente sobreviviría la taifa de Granada donde Muhammad ibn Nasr establecería en 1238 el reino nazarí de granada que sobreviviría hasta 1492.
No hay comentarios:
Publicar un comentario