El conflicto árabe-israelí se remonta a 1947, cuando Gran Bretaña decide abandonar Palestina —donde ya existían enfrentamientos entre los autóctonos y los judíos que se habían ido asentando allí con la esperanza de crear un «hogar nacional»— y deja el problema en manos de la ONU. Para poner fin a esta situación, Naciones Unidas aprueba, el 29 de noviembre de ese mismo año, un plan de partición del territorio en dos zonas: una israelí y otra palestina. Se crea así la situación idónea para que, el 14 de mayo de 1948, David Ben Gourion proclame el Estado de Israel.
Dossier especial del diario El Mundo
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