La joven se une a la resistencia y bajo el seudónimo Ellis de Vries logra entablar amistad con Müntze, un oficial alemán de la SD. El militar siente atracción hacia la joven y le ofrece trabajo. Entretanto, la resistencia concibe un plan para liberar un grupo de combatientes de sus filas que ha sido capturado, y para ello cuenta con la ayuda de Ellis. El plan falla estrepitosamente porque ha habido traición. Tanto los resistentes como los alemanes culpan a la joven quien se oculta una vez más con Müntze a cuestas. Juntos, deciden esperar el fin de la guerra.
La liberación no le aporta a Ellis ninguna libertad; ni siquiera cuando logra demostrar quién ha sido el auténtico traidor. En cierto modo, cada superviviente es culpable.
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