Un ataque repentino de almorranas habría llevado a Napoleón a perder la batalla de Waterloo, según una de las 500 anécdotas recogidas por el historiador José Miguel Carrillo de Albornoz en su libro 'Las hemorroides de Napoleón'.
En una entrevista, Carrillo ha dicho que la anécdota que da título al libro es muy ilustrativa de lo banal que puede llegar a ser la Historia.
"Napoleón habría perdido la gran y definitiva batalla de Waterloo precisamente porque necesitaba refrescar su imperial trasero y de no haber tenido que estar sentado en una bañera para calmar los terribles dolores que le impedían subirse a su caballo, tal vez su estrategia militar hubiese sido otra".
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